Hay poco interés en presenciar los juicios orales
Existe “descreimiento de la cosa pública”, opinó un camarista.
CIPOLLETTI (AC).- El juicio es una discusión jurídica entre partes que está sometida al conocimiento de un tribunal de justicia. La mayoría de los juicios es oral y público, a pesar de que en el último tiempo se advierte un marcado desinterés de la ciudadanía por participar o presenciar los procesos. “La gente piensa que el juicio es como la misa vieja, que se daba de espaldas y en la que los curas hablaban otro idioma. Los jueces tratamos de que el debate sea claro para que las personas entiendan y encuentren respuestas en la justicia”, sostiene César Gutiérrez Elcarás, uno de los camaristas con más experiencia en la Cuarta Circunscripción de Río Negro. Gutiérrez Elcarás advierte un desinterés en la ciudadanía y un “descreimiento de la cosa pública” que se traslada a todos los ámbitos de la sociedad, no sólo a la justicia. “La gente tampoco presencia los debates legislativos y los recintos suelen ser colmados por partidarios que aplauden a unos y abuchean a otros”, opinó. Lo mismo ocurre en los juicios orales y públicos, que sólo despiertan el interés de los familiares de las víctimas o de los acusados. Sobran los ejemplos de auditorios semivacíos, no sólo en casos de poco interés para la opinión pública, sino en juicios de amplia difusión que juzgan delitos que sacuden a las sociedades donde se desarrollan los procesos. En procesos muy largos, puede ser lógico que haya jornadas de baja asistencia y que las salas se colmen con los alegatos y las lecturas de sentencia. Hastío El camarista considera que muchos juicios fracasan porque faltan los medios básicos en otras instancias del proceso. “Hay experiencia y buena voluntad pero algunos organismos carecen de recursos”, sostuvo. Ejemplificó con el caso del Servicio Penitenciario Provincial, que se encuentra en emergencia. En las últimas semanas, la mayoría de los debates se retrasaron porque las cárceles de la región no cuentan con móviles para trasladar a los imputados. “Entonces si usted cita a un testigo para las diez de la mañana y el acusado llega al mediodía, la persona que llegó a prestar testimonio se queja y adopta una mala predisposición para con la Justicia”, indicó Gutiérrez. “Se van por los pasillos diciendo que perdieron toda la mañana y que la persona sospechada de cometer el delito nunca llegó”, agregó. Entre otros motivos, el ciudadano no quiere participar de los debates como testigo por miedo o porque siente que pierde el tiempo cuando lo citan a declarar en una comisaría, en un juzgado de instrucción y en una cámara criminal. “Existe una cascada de desmejoramiento en todos los sistemas y la gente debe soportar las fallas. El ciudadano pierde las ganas de enterarse y prefiere informarse por lo que dicen los noticieros o los diarios”, agregó. Reconoció también que existe un descreimiento hacia la Justicia pero agregó enseguida que los jueces no “dan la misa vieja, de espaldas al público y en latín”. “Tratamos de hacer los juicios simples, en un idioma común para que la gente entienda y encuentre una respuesta en la justicia”, aseguró. “No hay curiosidad, la ciudadanía ha perdido el interés en todos aspectos negativos de esta sociedad”, finalizó.
Laura Frank
“Se piensa que el juicio es como la misa vieja”, opinó Gutiérrez Elcarás.
Hay auditorios preparados para recibir a los interesados pero que rara vez se colman de público.
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