Héctor Larrea se fue de Rivadavia 21-01-04

Después de treinta años de compartir las mañanas de Radio Rivadavia, Héctor Larrea dejó la emisora en medio de una polémica.

BUENOS AIRES (Télam).- El conductor radial y televisivo Héctor Larrea confesó que está «elaborando el duelo» a causa de su decisión de abandonar Radio Rivadavia, la emisora que lo cobijó durante tres décadas, en la que hizo un éxito de su ciclo «Rapidísimo» y de la que se aleja, según él, obligado por directivas de la gerencia de Contenidos que no comparte.

«Estoy haciendo el duelo, qué le voy a hacer -dijo Larrea en charla con Télam-; desgraciadamente no fue fácil tomar esta decisión después de 30 años en el aire, pero tuve conversaciones con Jorge Salton, el gerente-director de Contenidos (algo que antes se llamaba Programación), y no nos pusimos de acuerdo».

El conductor nacido en Bragado, quien en «Rapidísimo» se encargaba personalmente de programar la música a emitir, se quejó porque a partir de ahora todos los ciclos emitidos por Rivadavia contendrán música ordenada por esa gerencia de Contenidos y no por quienes se hallan al frente de cada programa.

«Yo no digo que sea una idea mala, pero a mí no me va; sé que en varias emisoras están tomando políticas de unificar todo, pero yo tengo una relación directa con el oyente, y el oyente sabe que entre lo que digo y la música hay un vínculo que no es caprichoso», refirió Larrea.

En los cuatro meses que duraron las «conversaciones» con el nuevo gerente, Larrea compartió algunas directivas, pero siempre dejó en claro que la programación musical -que él siempre integró con tangos y folclore- era un sector intocable en su programa.

«La música siempre está ligada con el animador, es una obra que traduce una cultura, así que no pude seguir si estaba perdiendo todo control sobre ella», lamentó.

«La música es parte de mi vida, yo vivo con la música, y no es un elemento más para separar una tanda», agregó el conductor.

Su renuncia a seguir al frente de «Rapidísimo» en condiciones negativas para él ocurrió el pasado viernes 16, tras algunas charlas con amigos de confianza, y por lo tanto cesa el contrato que lo unía a Rivadavia hasta el último día de 2004.

«La gente que no me conoce puede no interpretar lo que siento, pero en esas reuniones con allegados cayó la ficha y tomé esta resolución», añadió, y confió que ya recibió alguna oferta de alguna otra emisora.

«Eso lo voy a decidir en abril, después de tomarme un descanso; yo sé que hay cosas que para la gente son comunes, pero se encuentran con un anormal como yo, un loco que delira con la música y no entienden. Por eso ahora me retiro para no molestar ni ser molestado», puntualizó Larrea.

Los directivos se defienden

El director de Contenidos de Radio Rivadavia, Jorge Héctor Santos, lamentó la decisión del conductor Héctor Larrea de rescindir el contrato que lo unía a esa emisora, comentó que no tienen suficiente entidad los motivos esgrimidos por el profesional para justificar su resolución, y sin hacer nombres, insinuó que detrás del gesto de Larrea puede estar la influencia de alguna o algunas personas.

Para Santos, quien aseguró no sólo admirar a Larrea sino haber intentado en vano sumarlo a los planteles de Mitre en los 14 años en que aquel fue directivo en la firma de la calle Mansilla, todo empezó en octubre de 2003, cuando los nuevos dueños de Rivadavia advirtieron que a esa radio «había que darla vuelta, pues había sido tradicionalmente una empresa líder pero había caído al quinto lugar, con sólo el 8 por ciento de encendido a su favor».

«Nos faltaban oyentes de 30 a 50 años, mujeres y amas de casa -evocó Santos-. Nos decían que éramos líderes entre la gente mayor, pero descubrimos que era relativo. Entonces apuntamos a establecer cambios en toda la radio, incluso en los programas de las figuras fundamentales de Rivadavia: Larrea y Antonio Carrizo».

Santos se dice sorprendido de que las cosas terminaran mal con Larrea pues su recuerdo es que antes del último verano, el conductor de «Rapidísimo», tras sucesivas charlas, acordaba -en bien de la mejoría de Rivadavia- en que se practicaran cambios en el nombre del ciclo, la nómina de colaboradores, la producción y la música del programa.

«De vuelta de las vacaciones, días antes de la primera emisión, que debió haber sido el lunes, Héctor sacó el tema de la música. Le contesté que no se podía hacer cuestión por un tango más o uno menos. Estuvo de acuerdo. Quedamos en volver a vernos el viernes último (16) ¡Fíjese que quien pondría la música en la nueva etapa iba a ser la misma persona que lo hacía antes!», remarcó Santos.

Según el funcionario de Rivadavia, en la reunión del viernes Larrea pidió tener 10 minutos de humor por hora, lo que le fue negado con el argumento de que «a la mañana la gente pide información, entretenimiento y compañía». Habría habido una nueva aceptación por parte de Larrea, pero esa misma tarde el conductor telefoneó a los propietarios de Rivadavia diciendo que prefería rescindir el contrato».

«Ahora el convenio está rescindido -se resignó Santos-. Y aunque no guardo predisposición contra Héctor, no debo callar que la gente grande no puede romper un vínculo sólo por la música. Por eso, si las explicaciones dejan mucho que desear, hay algo atrás. Y me acuerdo del caso de Héctor Caldiero, que relataba el fútbol de Boca para Mitre, de un día para el otro se descargó con un pedido astronómico, y acabó quedándose sin el pan y sin la torta».

Para Santos, «esto es como cuando la mina lo deja a uno de un día para el otro. El tiempo termina de aclarar qué pasó. Y de última: con los problemas de falta de trabajo que hay en la Argentina, no parece lógico deshacer un contrato por el detalle de quién elige la música de tu programa». (Télam)


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