Herido con una tumbera en Huergo

Dos enfrentamientos entre patotas generaron temor en el barrio San Martín.

Néstor Salas

INGENIERO HUERGO (AVR)- Un enfrentamiento entre dos patotas terminó con un joven de 18 años herido por un arma de fabricación casera, y gran preocupación de vecinos del barrio San Martín por la violencia con la que actuaron los grupos. El enfrentamiento se registró en la noche del miércoles, en el barrio ubicado en las proximidades del hospital y al sur del canal principal de riego en Huergo, donde los jóvenes se cruzaron por segunda vez en la noche. Dejó como saldo a un joven con heridas en el rostro y en el pecho producto del disparo que salió de un arma de las denominadas “tumberas”. El disparo le provocó a Eric Julián Paredes la pérdida de algunas piezas dentales y las heridas fueron consideradas superficiales, ya que el personal médico que atendió al joven pudo extraerle los perdigones que se le incrustaron en el cuerpo. El primer enfrentamiento comenzó alrededor de las 20 del miércoles, cuando uno de los grupos al ver que eran seguidos por integrantes de otra patota, ingresó a un comercio de calle Rivadavia, donde permaneció durante varios minutos. Al ver que el segundo grupo no se retiraba salieron a la calle, donde comenzó una pelea con cruce de golpes de puños y piedrazos. El propietario del comercio alertó a la Policía, que al llegar se encontró con un grupo de jóvenes que denunciaron haber sido agredidos, por lo que fueron trasladados hasta el hospital (donde se constató que presentaban heridas de carácter leve), y más tarde a la comisaría local donde realizaron una exposición por la agresión. Los jóvenes lesionados regresaron al barrio San Martín, donde se juntaron con otros integrantes del grupo y alrededor de las 23 salieron en busca de quienes los habían agredido. En la esquina de las calles Salta y Natalia Gómez se volvieron a encontrar los grupos, y comenzó otra pelea entre ambos grupos, integrados por jóvenes de entre 16 y 21 años aproximadamente. La pelea con golpes de puños, piedrazos y palos, se extendió por varios minutos, hasta que se produjo un disparo de un arma de fabricación casera, manejada por un integrante del grupo de jóvenes que denunció la agresión. Por lo que ocurría en la calle, los vecinos ya habían alertado a la Policía, que al llegar no dio con ninguno de los jóvenes que huyeron aprovechando la oscuridad de la noche. El joven que había recibido los perdigones disparados, aparentemente, a corta distancia fue trasladado hasta el hospital, donde le realizaron las curaciones con la extracción de los perdigones que habían quedado incrustados debajo de la piel.


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