Hernández y un Mundial que no tiene nada de “accidente”

Será el primer nadador neuquino en una cita ecuménica.

Natación

NEUQUÉN (AN).- Agustín Hernández llegó a nadar por un accidente. Literalmente por un accidente. Es que una tarde cualquiera viajaba en su bicicleta cuando una mala maniobra lo hizo “aterrizar” sobre un yuyo con espinas. Desde ahí todo fue demasiado rápido: una pequeña astilla le quedó alojada en la rodilla, hubo infección, intervención quirúrgica y el consejo facultativo: “te vas a recuperar más rápido en una pileta”. Siete años más tarde, el muchacho de 16 años afrontará el Mundial Juniors que se disputará desde el 26 al 31 de este mes en Dubai. Se trata del primer nadador neuquino que afrontará una competencia ecuménica. Agustín parte hoy hacia Buenos Aires, estará en la Capital Federal dos días entrenando en el Cenard y de ahí, y junto a los mejores nadadores del país, partirá hacia Pretoria para hacer un acondicionamiento. Dentro de 16 días cumplirá 17 años, mide 1,72 metros, pesa 64 kilos, cursa tercer años en el colegio San Martín y es el menor de una familia que reside en Parque Industrial y componen su padre Juan (policía retirado), su madre Hilda y sus hermanos Crsitina, Pablo, Marcos y Martín. Agustín se levanta, va a la escuela y después su cabeza está puesta en el agua del club Alta Barda. Nada dos horas por día, hace gimnasio para crecer en musculatura y sueña con llegar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Es un chico humilde, que habla poco de sus logros y que ni siquiera sabe quién financia su viaje al Mundial (participará en 100 y 200 espalda y en la posta combinada). Cuando sumerge, el cuerpo deja toda la inocencia y sus marcas hablan por sí solas. Rompió varias veces récords provinciales, patagónicos y nacionales, y ostenta los mejores registros en 200 metros espalda de pileta corta y larga (en ambas, 2,06). Fue campeón en 50 y 100 metros espalda en el Sudamericano de Colombia y subió al podio en el Sudamericano de Chile, en los 200 espalda. Ahí, en Valparaíso, obtuvo el pasaje mundialista. –¿Cuáles son tus objetivos? –Espero poder clasificar a la final en los 200 espalda y, si se puede, bajar mi marca de 2,04 segundos. Ojalá pudiese hacer un nuevo récord nacional (2,02 segundos). –¿Te genera presión, ansiedad una cita de estas características? –Estoy tranquilo, aunque voy a tener que viajar sin mi entrenador (Sebastián Rearte) y eso me genera ciertas dudas. –¿Tu sueño está puesto en este Mundial? –Tengo expectativa, pero mi sueño, como el de cualquier deportista, es estar en un Juego Olímpico. Eso es lo máximo. –¿Por qué natación y no otro deporte? –A la natación llegué por esas cosas de la vida. Hace unos años (en el 2006) tuvo un acccidente. Me caí de la bicibleta, me clavé un alpataco, la rodilla se me infectó, me operaron y el médico me dijo que la mejor forma de rehabilitarme era nadando. En esa época jugaba al fútbol en Independiente. A nadar en pruebas comencé en el 2009. –¿Te imaginás viviendo de la natación? –Soy chico, pero creo que acá en Argentina no se puede. Acá sólo se “vive” del fútbol. Por eso, el Mundial, puede ser importante en muchas cosas.

Agustín se convirtió en uno de los referentes de la natación en la región.


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