La batería en el pasillo y otras rarezas: «Boy», el big bang de U2, cumple 42 años

El 20 de octubre de 1980, los U2 editaron “Boy”, su primer disco, hecho de canciones que reflejaban las inquietudes existenciales de sus integrantes, pero desde la lírica y la experiencia personal de su carismático frontman.

Cuatro años ya era tiempo suficiente, pensaron los U2. En 1976, Larry Mullen Jr., baterista en potencia, había pegado un aviso en la pizarra del Mount Temple Comprehensive School, el colegio secundario del norte de Dublin del cual era alumno. A la cita, que era en la cocina de su casa, cayeron unos cuantos, pero Larry, que sabía lo que quería, se quedó con Paul, Adam y Dave. No mucho tiempo pasaría para que Paul se convirtiera en Bono y Dave en The Edge, pero fue en ese instante en el que los cuatro fueron U2, no sin antes llamarse Feedback y The Hype.


Es increíble cómo algo enorme como U2, en cualquiera de los sentidos que U2 lo es, haya cabido alguna vez en una pequeña cocina hogareña, pero así fue. Volvamos a cuando U2 entraba en en la cocina de la familia Mullen. Para marzo de 1980, la banda ya tenía un EP titulado Three con “Out of control”, Stories of Boys” y “Boy/Girl”; un puñado de singles, entre ellos “Another Day”,“11 O’Clock Tick Tock” y “A Day Without Me”;y varias decenas de canciones propias que poblana los setlist de sus shows. Era tiempo y material suficiente para grabar el primer disco.

En escena, cuando los U2 aún cabían en la cocina de la casa familiar de su baterista.


En un principio iban a ser producidos por Martin Hannett, el hombre detrás del sonido de los Joy Division. Pero el suicidio de su líder, el atribulado Ian Curtis, impactó de tal modo en Hannett que no pudo trabajar por bastante tiempo. Hannet había sido el productor de los primeros singles de U2 y aquella experiencia, acaso por ciertas excentricidades de Hannet, no había sido buena para la banda. Su lugar en la producción del primer LP de los U2 fue ocupado por Steve Steve Lillywhite, quien será clave no solo en este disco, sino en los siguientes dos álbumes de la banda.


Bono, The Edge, Clayton y el jefe Mullen, quien alguna vez bromeó diciendo que fue él quien le dio su primer (y único) trabajo a sus compañeros de banda, ingresaron a Windmill Lane Studios, de Dublín, a mediados de 1980. Hijos del post punk, los U2 tenían un modo muy Joy Division de tocar y cantar, en parte por la impronta de su antiguo productor, en parte por ser el sonido de la época. Pero, a diferencia de Joy Division y de sonido de la época, U2 tenía algo más: la guitarra de The Edge. Y Lillywhite lo sabría de inmediato.

Clayton, Mullen Jr., Bono y The Edge, los U2 en tiempos de Boy

Surgidos de aquellos espíritus adolescentes las canciones estaban atravesadas sobre todo por las inquietudes espirituales de su cantante. La muerte de su madre cuando él tenía apenas 14 años, la religión, el despertar de la sexualidad y el clima social de Dublin motorizaron la inspiración de Bono. Todo se basa en la transición de la adolescencia, momento en el cual forman la banda, a la adultez, que es cuando ingresan al estudio para grabar lo que sería “Boy”. El nombre del disco también dice mucho de lo que se trataba conceptualmente.


El sonido del disco es crudo y directo con las guitarras de The Edge muy presentes y el bajo de Clayton en primer plano ejecutando líneas que lo acercan a The Cure, la otra banda post punk del momento. Aunque contemporáneos de U2, los Cure tenía para 1980 dos discos editados y un primer hit, “A Forest”, pegando por todos lados. Fueron, de algún modo, también influencia para U2.


Pero, fue el espíritu innovador y el modo poco ortodoxo de producir de Lillywhite lo que llevó al talento y la inquietud creativa de la banda a un nivel superior. Por caso, detectó que ciertas baterías debían ser grabadas en el pasillo del estudio, justo al lado de la recepcionista porque allí la resonancia era mejor que dentro del estudio. Y allí fue donde se grabó la batería de “I will follow”, el tema que abre la discografía de U2 y que, al día de hoy, sigue siendo uno de sus mejores temas. El punto fue que la base trabajó separada porque el bajo de Clayton se quedó dentro del estudio. Lillywhite metió mano, literalmente: cortó y pegó hasta lograr el tempo correcto. Pero no fue la única vez que tuvo que hacerlo: con Bono disgutado con tener que cantar con auriculares, este decidió grabar sinb ellos y con unos parlantes detrás a modo de retorno. Una vez más Lillywhite tuvo que ir por la artesanal para que la voz sonara de manera adecuada.

Otro detalle de este hit fue el uso del glockenspiel, un instrumento de percusión físicamente similar al xilofón o la marimba, que tocó el propio Lillywhite.
Si bien contaban con un repertorio de unos cuarenta temas, los U2 incluyeron en su primer disco temas escritos dentro mismo del estudio como fueron los casos de “An Cat Dubh” y “The Ocean”. Editado el 20 de octubre de 1980, en Argentina eso recién sucedió en 1987, tras el éxito de “The Joshua Tree”.


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