Historias del MPN

Es sabido que desde que don Elías Sapag, padre del gobernador Jorge Augusto, logró desalojar del poder a su hermano don Felipe aliándose con Jorge Sobisch, las relaciones al interior de la gran familia, que ya venían complicadas, se complicaron mucho , pero mucho más. Es, se dirá, lo que siempre pasa en las familias numerosas sin que nadie se entere, solo que en este caso el apellido se confunde con la historia de la provincia. Ya en 1963, con Felipe Sapag al frente, el MPN ganó las primeras elecciones para gobernar la provincia en las que participó, y luego, con doce años de Sobisch en el medio –un accidente, dijo Felipe- todas las que siguieron hasta hoy, con otro Sapag en la Casa de Gobierno. Naturalmente, por más que los líderes portadores de apellido fueran imbatibles, algunas internas hubo para elegir candidatos cuando alguien –como Sobisch– se atrevió a postularse y, oh, ganó. No le ganó a Felipe, pero si al candidato de Felipe, que fue su primogénito Luis Felipe. Como era de esperar, la herida por la que sangraba la gran familia se profundizó. No obstante el tiempo, que nunca se está quieto, hizo su trabajo (consistente en poner a la memoria en penitencia y, pasados algunos años, LF volvió al redil, se dio la mano con su primo y ganó una banca en la Legislatura. La que no se dio la mano fue Silvia, siempre a distancia de su atildado primo. En fin, así son las mujeres. Si no todas, algunas. “Yo también puedo” La revista Selecciones del Reader Digest incluía en cada edición una serie que escribía un tal Paul de Kruif y se titulaba “Otros pueden, ¿por qué no usted?”. Suponemos que Guillermo Pereyra se hizo la misma pregunta, u otra parecida, como “¿Si Sobisch pudo, porqué no yo?”. Y se contestó por la afirmativa. Como está a la vista de todos, se lanzó a la contienda, puede que por amor al poder o bien de aburrido que está, trabajando de sindicalista luego de 30 años al frente del gremio de los Petroleros Privados (en los sindicatos donde Juan Perón recluyó al sindicalismo obediente hay re-re-re-re para todos los gustos) . Pereyra cuenta con el apoyo incondicional de los dirigentes que lo acompañan en la conducción gremial. Y no solo: sabemos que también convocó a personalidades distinguidas en la elite emepenista. Fue así como logró, por ejemplo, la adhesión del inolvidable Oscar “Cacho” Gutiérrez , quien hace algunos días, para explicar su ausencia de la arena política desde hace mucho tiempo, dijo “no voy a ningún baile al que no me invitan”. Muy probablemente, quien no lo invitó fue Sobisch, porque dijo de él que “ya fue, no existe más, está en complicidad con Jorge Sapag y por eso tiene al partido pisado”. De no creer. Dos días después de las infaustas, para Sobisch, elecciones del 28 de octubre del 2007, Cacho asistió a un acto emepenista de solidaridad con el candidato derrotado. Y declaró entonces: “yo estoy laburando por la continuidad de la unidad de mi partido, pero algunos por intereses personales y sectoriales quieren desprestigiar estos ocho años de gobierno. Si tienen una cuestión personal con Sobisch, tienen que saber que yo por este gobierno y por Sobisch doy la vida”.

Jorge Gadano jagadano@yahoo.com.ar


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