Histórico y dorado

Seba Crismanich consiguió la única medalla de oro de la delegación Argentina en Londres 2012.

Sebastián Crismanich hizo historia y consiguió la única presea dorada para el deporte albiceleste durante los Juegos de Londres. El correntino llegó a la cita olímpica silbando bajito, con la ilusión de hacer un buen papel y con la tranquilidad de haberse preparado como nunca para poder dar el gran salto. Los antecedentes inmediatos lo ponían dentro del selecto grupo de taekwondistas top que iban a luchar por colgarse alguna de las tres medallas. Crisma se había subido al lugar más alto del podio en Guadalajara 2011 y muchos lo veían como un rival riesgoso. La presentación en el tatami fue ante el neozelandés Vaughn Scott. En un combate extraño, poco vistoso y lleno de dudas, los nervios por el debut se notaban desde lejos. De a poco, Crismanich se fue soltando e hizo una pelea inteligente, atacando poco pero con mucho criterio. El marcador final fue de 9-5 a favor del argentino, que se metía entre los mejores ocho. “Por el rival que me tocó, decidimos no ir al ataque, sino pelear fuerte y evitar tener mucha movilidad”, explicó Sebastián. En el segundo combate, frente al desconocido afgano Nesar Ahmad Bahawi, que venía de dar la gran sorpresa del día eliminando al segundo preclasificado, obligó al correntino a modificar el libreto. El duelo era parejo y Crismanich encontró la ventaja cerca del descanso. En el segundo capitulo, tras un parcial de 5-1 liquidó el pleito. Los últimos minutos le sirvieron para decorar el resultado y dejarlo en un 9-1 final. Crisma estaba en zona de medallas, ya habían pasado varias horas de competencia de ese viernes 10 de agosto y en la semifinal lo esperaba uno de los grandes candidatos. El armenio Arman Yeremyan era lo único que restaba superar para poder estar en la final olímpica. El correntino que entrena en Córdoba tenia claro que la clave para derrotar a su rival era pelear de contra. Esa estrategia fue la que le permitió mostrarse seguro sobre el tatami y aprovechando su puño derecho sumó dos valiosos puntos que le terminaron dando la pelea y el derecho a disputar el combate final por una presea dorada. Algo que el deporte individual albiceleste no obtenía desde hace más de 60 años. La final frente al español Nicolás García Hemme fue extremadamente cerrada, todos y cada uno de los movimientos eran medidos y pensados. Ninguno de los protagonistas de animaba a arriesgar más de la cuenta. Cuando quedaban 20 segundos para ir al tiempo extra de la definición, Sebastián aplicó un golpe certero con el que sumaba el único punto del combate que le sirvió para consagrarse campeón olímpico y pasar a formar parte de la historia grande del deporte argento.


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