Homenaje a un maestro de artistas

Héctor Bianchi Domínguez fue el primer director de la Escuela de Plástica. Fue el constructor de un proyecto educativo que aún hoy mantiene su mística. Mañana una aula del IUPA será designada con su nombre.

Maestro de artistas. Aventurero que acepta el desafío de abandonar la seguridad de lo conocido. Hábil e inteligente pero sencillo, austero y solidario. Quienes conocieron a Héctor Bianchi Domínguez lo recuerdan como un docente que se metió en el corazón de sus alumnos. Un hombre apasionado, firme y categórico, que no eludía la discusión y el debate. Un profesor en el arte de saber orientar sin que el otro perciba que está siendo orientado. Quienes lo conocieron lo tienen presente y por eso deciden homenajearlo.

La comunidad educativa que integra el departamento de Plástica del Instituto Patagónico de las Artes –ex INSA- rendirá homenaje al profesor Héctor Bianchi Domínguez, pintor, docente, primer director de la carrera y referente indiscutido de muchos artistas plásticos de la región.

Es por eso que este sábado 28 a las 12, se realizará un acto en el IUPA donde se designará el aula del departamento de Plástica con su nombre. Así lo resolvió el rectorado en reconocimiento al aporte educativo que el docente hizo a la organización.

Desde Córdoba viajarán para estar presentes María de las Mercedes Bianchi, hija del profesor, y Selva Gallegos, ex docente y colega así también como otros ex profesores y alumnos dispersos por la región.

Terminado el acto, que anticipan “será sencillo pero muy sentido”, se realizará una reunión en el Museo de Bellas Artes, en memoria del profesor y para celebrar los 25 años de historia de la Escuela que se cumplen este año.

La iniciativa surgió de un grupo de profesores y egresados de la carrera con el objetivo de recordar a su primer director, el constructor de un proyecto educativo que aún hoy mantiene la mística que le imprimió hace más de veinte años.

Héctor Domingo Bianchi, puntano de nacimiento, fue profesor superior de Cultura, egresado de la escuela de Arte del Instituto Nacional de Córdoba. Como docente ejerció en la universidad nacional de la provincia mediterránea y allí también dirigió la Escuela Superior de Bellas Artes Dr. José Figueroa Alcorta.

Luego de una larga y jerarquizada carrera Bianchi estuvo dispuesto a dejarla sin añorarla. Ante la propuesta de crear algo de la nada vino a la Patagonia junto a su familia, en 1985, con el destino de ser artífice de una construcción nueva: la Escuela de Plástica del INSA (Instituto Nacional Superior de Arte, hoy IUPA). Con humildad y con amor. Y en eso dejó su vida de artista, en función de su compromiso docente.

Su trayectoria en el INSA duró 10 años durante los que se desempeñó como director. Tras retirarse de la actividad siguió viviendo en Roca. Luego se trasladó a Córdoba donde finalmente falleció.

El proyecto inicial que diseño juntó a un equipo docente experimentado tenía por objetivo la formación artística de excelencia pero impregnada al mismo tiempo de una mística basada en la idea de que el arte se contagia. Comunión entre maestro y alumno pero al mismo tiempo estudio y formación.

Muchos de sus contemporáneos califican su tarea al frente de la Escuela como de “entrega total”. Dicen que Bianchi generó una referencia, buscó lo excelso pero al mismo tiempo generó hábitos que aún persisten; valores como la solidaridad, la sencillez, el respeto por el trabajo del otro.

En este sentido destacan que siempre mostró apertura hacia las más variadas corrientes estéticas, al mismo tiempo que logró extraer la esencia regional, insertando “lo propio” en el resto del mundo, logrando amplitud para integrar la perspectiva de la región.

Este hombre, con un alto grado de gratitud hacia sus maestros, cosechó el mismo sentimiento que los alumnos hoy tienen hacia él. Como docente tenía presencia permanente entre los estudiantes con quienes supo construir una relación especial y cálida. Esa era su pedagogía, su legado: transmitir sin palabras con gestos, con acción.

También resaltan que Bianchi buscó el intercambio con otras instituciones de la región para sustentar la escuela en la cultura regional. Supo comprender la región para generar un arte con características propias, en formación permanente, desvinculado de lo estrictamente folklórico o pintoresco, fusionado con la cultura, la educación, la sociedad.

Luego de 25 años de historia de la Escuela, Bianchi sigue siendo aún un activo motor de una institución que forma artistas y que influye directa e indirectamente en el movimiento artístico y cultural de la zona.

Por Natalia López
Natalia@rionegro.com.ar


Maestro de artistas. Aventurero que acepta el desafío de abandonar la seguridad de lo conocido. Hábil e inteligente pero sencillo, austero y solidario. Quienes conocieron a Héctor Bianchi Domínguez lo recuerdan como un docente que se metió en el corazón de sus alumnos. Un hombre apasionado, firme y categórico, que no eludía la discusión y el debate. Un profesor en el arte de saber orientar sin que el otro perciba que está siendo orientado. Quienes lo conocieron lo tienen presente y por eso deciden homenajearlo.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora