Honduras intenta volver a la calma y el diálogo

Reanudarían las negociaciones con Arias el sábado. Sin toque de queda y las protestas son menos intensas.

TEGUCIGALPA (AFP) – Los hondureños trataban ayer de volver a la normalidad tras la suspensión del toque de queda, mientras el presidente de facto Roberto Micheletti anunció que el sábado podría reanudarse la mediación en Costa Rica para solucionar la crisis política surgida tras el golpe de Estado del 28 de junio.

«Oficialmente se nos ha informado que posiblemente el sábado seremos convocados de nuevo a Costa Rica», dijo Micheletti en la juramentación del nuevo canciller de su gobierno, Carlos López.

Las comisiones negociadoras de Micheletti y del presidente depuesto Manuel Zelaya concluyeron el viernes en San José dos días de negociaciones sin avance sobre el punto principal: la restitución del mandatario derrocado como lo exige la comunidad internacional.

Estados Unidos reiteró su exigencia de restablecer el orden democrático en Honduras, con la restitución de Zelaya en la presidencia, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.

Sin embargo, Micheletti sigue consolidándose en el poder, al que llegó nombrado por el Congreso Nacional para sustituir a Zelaya. Entre los nombramientos en el nuevo gabinete figura el de Carlos Lózpez como canciller, en sustitución de Enrique Ortez Colindres, quien llamó «negrito» al presidente estadounidense Barack Obama, lo que generó una carta de enérgica protesta de la embajada estadounidense en Tegucigalpa. Ortez Colindres fue nombrado ministro de Gobernación el pasado viernes.

López Contreras anunció que gestionará «la continuación de las relaciones diplomáticas con todos los países amigos», pese a que Honduras fue suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA). «La Organización de Estados Americanos es un sujeto de derecho internacional y allí la semana pasada Honduras no fue oída y (la OEA) adoptó una posición, en mi opinión, precipitada…», dijo López.

El país trataba de recuperar la normalidad en su primer día sin toque de queda desde el golpe, pese a que los principales edificios públicos siguen bajo férreo control militar y ha aumentado la presión sobre los periodistas extranjeros.

Mientras, en la calle bajaba la intensidad de las manifestaciones a favor y en contra de Zelaya.

En la capital hondureña, el Bloque Popular que apoya al mandatario depuesto organizó una marcha hasta la parte sur de la ciudad, que conecta con el aeropuerto de Toncontín, cuyos accesos habían sido bloqueados, según el dirigente Juan Barahona.

Barahona reconoció que ayer llegó menos gente a la manifestación y anunció un acuerdo de los gremios para convocar a un paro nacional en los próximos días, en una segunda fase del proceso de resistencia al golpe.

«Queremos una gran huelga general «, dijo el dirigente. El gremio de los maestros -aunque dividido- se mantenía como uno de los principales bastiones de resistencia contra Micheletti.


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