Horas cruciales para crisis de la deuda de EE. UU.
Anoche, opositores bloquearon las negociaciones.
Obama no tuvo hasta ahora el liderazgo suficiente para alcanzar una ley viable que evite la suspensión de pagos de su país.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos rechazó anoche la propuesta presentada por el Senado, de mayoría demócrata, para elevar el techo de la deuda pública, en momentos en los que la mayor economía del mundo lucha por no entrar en default.
Anoche, 246 legisladores se pronunciaron en contra y sólo 173 a favor de la nueva propuesta, la última de una serie presentadas por ambos partidos y sometidas a votación desde este viernes, tanto en la Cámara baja como en el Senado.
Tradicionalmente el Congreso estadounidense solía dar su visto bueno al elevamiento del techo de deuda, pero actualmente el grupo del Tea Party, integrado por unos 80 republicanos de derechas elegidos en noviembre, se niega a ceder terreno antes de que se contemplen sus demandas.
La líder de la fracción demócrata, Nancy Pelosi, criticó al republicano John Boehner por no colaborar a hallar una solución que sea aceptable para los dos partidos.
“EE.UU. no solo está en crisis económica”, apuntaban anoche los observadores de esta crisis. Tiene problemas económicos evidentes: alto desempleo, lento crecimiento y déficit elevado. Tampoco tiene un problema acuciante de deuda. Su cifra total es elevada, ciertamente: 14,3 billones de dólares. Pero la mitad de eso es dinero que el Gobierno se debe a sí mismo -al Tesoro y a la Seguridad Social-, y el rendimiento de los bonos del Tesoro, los más seguros del mundo, está al nivel de los de Alemania. “No son esas las razones de esta crisis. Las razones son políticas”, decían estos mismos observadores.
Ahora se debate en el Senado la propuesta presentada por el líder demócrata, Harry Reid, para elevar el techo de deuda y evitar la quiebra. Los demócratas tienen 53 escaños, tres más de la mitad. Pero eso no les garantiza la aprobación de la ley porque las reglas del Senado dan derecho a la oposición a impedir la votación mientras ellos quieran seguir debatiendo, lo que puede ser eternamente. Durante buena parte del siglo pasado, un solo senador podía boicotear la votación invocando su derecho al filibusterismo, una tradición del parlamentarismo británico. Pero, a diferencia del Reino Unido, donde basta ahora una mayoría simple para impedir ese método, en EE UU se requieren 60 votos, una cifra a la que muy pocas veces ha llegado un partido a lo largo de la historia.
Trasladado a la crisis actual, Reid necesita siete votos republicanos para poder llevar a votación en el pleno su propuesta, por lo que está obligado a pactar con la oposición. Podría darse el caso de que los republicanos permitan la votación, que se celebraría hoy domingo, pero después no respaldasen la ley, sin que por ello dejara de ser válida. Pero, en todo caso, lo que salga del Senado, si sale algo, tendrá un tono más bipartidista que la ley que el viernes por la noche aprobó la Cámara de Representantes. La única manera de evitar la suspensión de pagos a partir del martes es la de conseguir que republicanos moderados y demócratas voten juntos en la Cámara lo que ambos partidos sean capaces de pactar en el Senado. Eso tiene que ocurrir entre el domingo y el lunes. Una verdadera odisea. (AP, AFP y El País)
Obama no tuvo hasta ahora el liderazgo suficiente para alcanzar una ley viable que evite la suspensión de pagos de su país.
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