HOSPITAL AMIGABLE

-¿Cómo trabajan en el Castro Rendón en la atención pos aborto?

-Queremos lograr una atención pos aborto de alta calidad. Todos los miembros del staff deben respetar y conocer los derechos de los pacientes, los principios y prácticas, actitudes de empatía y respeto, interacción y comunicación efectiva, respeto por la privacidad y la confidencialidad, uso del consentimiento informado y para los residentes, que sepan que los valores son algo personal y ellos deben separar sus valores de los valores de cada paciente. Vos tenés que atender a tu paciente con empatía y respeto aún cuando no estés a favor del aborto. El aborto se lo hizo ella, no el que la atendió que tiene la obligación de atenderla.

-Es tal el temor que cuando llega una mujer a la guardia para ser atendida, no siempre dice que se hizo un aborto

-En muchos casos no te dicen de entrada que se hicieron un aborto. Vienen con 39 de temperatura, te cuentan que estaba tomando anticonceptivos. Les preguntamos por qué vienen al servicio de ginecología, observamos dos o tres cosas aunque la paciente no te diga que se hizo un aborto, hay que revisarla para constatarlo. Uno de los problemas de estas pacientes, además, es que vienen tarde a la consulta por miedo. Y a veces este tiempo que transcurrió es el que lleva a la muerte.

-¿Miedo a ser denunciadas por el Hospital?

– Sí, en primer término tiene miedo de ir presas por decir que se hicieron un aborto. Saben que es ilegal. Y en segundo, temen al trato que les den por hacer algo fuera de la ley. Ha ocurrido que a menudo son tratadas con hostilidad, con mucha indiferencia.

-¿Y cómo fueron cambiando esta actitud en tu servicio?

-Primero consulté en la bibliografía internacional para saber qué decía sobre el tema. Luego de estudiar detenidamente me propuse un esquema de trabajo. Es decir, poner en práctica algunas cosas que tendían al cambio de la mirada. La idea central que me movía era que mi servicio ponderara al aborto como un problema social y de salud pública. Después, hacer lo que debíamos para que no le volviese a pasar, que no se vaya del hospital sin anticoncepción, concientizarla sobre la necesidad de controles, hablarle y darle las mejores alternativas para su cuidado. Una buena consejería en anticoncepción. Al personal les dimos instrucciones precisas para que no traten con hostilidad y- por sobre todo- que no se denuncie a las mujeres.


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