San Antonio tiene la actividad comercial casi normalizada

Sigue el toque de queda a las 20 y los negocios cierran a las 19. Pero, salvo algunas jornadas, la atención en comercios y locales de servicios es similar a la que se ofrecía antes de la pandemia.

“Vine a comprarle unas pantuflas a mi hija. Estaba estudiando afuera y vino antes de que se agravara todo esto de la pandemia. Por eso la ropa abrigada le quedó en Buenos Aires” dice Sonia, mientras curiosea los productos que le acercan en la zapatería.

“Si vas al vivero, preguntá si hoy abren a la tarde. Y a qué precio tienen el fertilizante. Porque a mí no me coinciden los horarios y todavía no me pude hacer una escapada para consultar” le pide la vendedora a otra clienta que está a punto de dejar el negocio.

Escenas como éstas ya son habituales en San Antonio, que esta semana recuperó casi totalmente el dinamismo comercial. Es que los locales de rubros no esenciales ahora trabajan todos los días. Los martes, jueves y sábado de 9 a 19, y de 9 a 13 los lunes, miércoles y viernes.  Además, pueden efectuar entregas por delivery, o recibir encargos y expender mediante la modalidad del take away.

La nueva flexibilización trajo un aire de optimismo a la ciudad. “La gente entra, consulta, y capaz que en el momento no compra, pero se informa de los horarios en los que estamos. Y te encontrás con clientes de siempre que reciben con alegría que podamos reabrir las puertas”, afirma el dueño de un vivero.

Esa actitud sirve para disipar un poco la crisis que se agudiza a medida que continúa la pandemia. Porque el que sigue cobrando un sueldo se muestra reticente con los gastos, y el cuentapropista enfrenta los embates de un contexto que no sabe cuándo culminará.

“La gente fue demostrando que asimiló las nuevas normas y por eso pudimos ir ampliando las franjas de actividad. E incorporar rubros y nuevos protocolos. Se acostumbró al uso de barbijo y a respetar la distancia social obligatoria. A esperar afuera si en un local la cantidad de gente excede la admitida. Y eso es muy positivo” manifestó Mariano Zacharanok, el titular del área de comercio.

“Obviamente, que no existan casos de coronavirus en la localidad nos fue habilitando a plantear nuevas flexibilizaciones. Pero el intendente (por Adrián Casadei, del JSRN) sigue siendo cauto y analiza primero el posible impacto epidemiológico de cada decisión”, agregó el funcionario.

La liberación de actividades y servicios como albañilería, cuidado de adultos mayores, personal doméstico y especialidades de distintas áreas de la medicina también contribuyó a pintar la postal que la localidad arroja hoy. Es que, salvo por la circulación con barbijos, la ausencia de niños en la calle y las colas que parecen eternas por el cumplimiento del distanciamiento social, todo parece estar retornando a su cauce habitual.

De hecho, también se habilitó la apertura parcial de los lugares de atención de las profesiones liberales. Por eso, abogados, contadores y gestores, entre otros, comenzaron a trabajar de lunes a viernes de 9 a 13.

Esperemos que la ciudad siga sin casos y se pueda mantener este esquema e ir ampliándose-se entusiasmó un comerciante-No está fácil la cosa, pero, con la apertura comercial, de a poco comenzaron a moverse las ventas.

Mariano Zacharanok, titular del área de Comercio.

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Los miércoles y domingos tienen aire de fiesta en la ciudad porque, de 10 a 17, los vecinos pueden caminar, recrearse, hacer deporte al aire libre o salir a pasear con sus hijos, siempre manteniendo el distanciamiento social obligatorio y usando barbijos.

Lo que se recomienda es que la gente elija las playas, zonas de médanos o espacios naturales al aire libre para aprovechar ese tiempo. Sin embargo, todos se vuelca naturalmente a esos espacios, ávidos de naturaleza después de meses de confinamiento.

Lo que también volvió es la pesca recreativa y de subsistencia, que puede realizarse de 8 a 18. Se autoriza a dos personas por familia, que deben mantener una distancia mínima de 5 metros.

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Pese a que todo se flexibilizó en San Antonio el transporte público que une esa planta urbana con Las Grutas sigue circulando bajo un régimen muy reducido, con unidades espaciadas cada dos horas y en una franja de 8 a 19.

Esto provoca numerosas quejas entre los vecinos, porque los estrictos protocolos que hacen que todos deban ir sentados y con la primera fila de asientos libre provoca que rápidamente los micros se llenen y muchos deban esperar largas horas para viajar. O, incluso, se queden varados si pierden el último colectivo que los llevaría hacia sus hogares.

“Hasta el momento lo que pedimos es que la empresa de transporte ponga refuerzos para cada horario. Aunque no somos partidarios de flexibilizar estaríamos dispuestos a analizar pedidos. Pero, hasta ahora, el intendente (por Adrián Casadei, del JSRN) no nos solicitó formalmente que evaluemos la posibilidad de poner, por caso, un micro cada hora. Si lo hace, lo estudiaremos” manifestó Juan Ignacio Ciancaglini, el titular del área de transporte de la Provincia.


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