Creó sus propias piernas biónicas y ganó el Premio Princesa de Asturias
Sufrió la amputación de sus piernes en 1982 y hoy fue distinguido con el prestigioso premio por sus avances en “la reparación biónica de los seres humanos”

Creó sus propias piernas biónicas y ganó el Premio Princesa de Asturias
Tras perder las dos piernas cuando tenía 17 años en un accidente de montaña, el estadounidense Hugh Herr ha dedicado su vida a estudiar y diseñar prótesis “inteligentes”, labor por la que fue distinguido con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
El jurado, que anunció hoy su nombre en la ciudad española de Oviedo, reconoció sus “investigaciones pioneras en biomecatrónica” y su mérito “por haber desarrollado las primeras prótesis que logran emular la locomoción humana, permitiendo superar discapacidades”.
“Me siento profundamente conmovido”, expresó el galardonado a través de un comunicado difundido por la Fundación Princesa de Asturias, impulsora de estos premios conocidos como los Nobel españoles.
Herr (Estados Unidos, 1964), experto escalador, sufrió la amputación de las piernas en 1982 tras sufrir congelación en un accidente de montaña. “Desde entonces, he dedicado mi vida al progreso de la ciencia y la tecnología básica para permitir la reparación biónica de los seres humanos”, dijo hoy.
En su mensaje, deseó que el reconocimiento a su labor arroje “luz sobre la misión global para acabar con la discapacidad humana en el siglo XXI a través de los continuos avances en la biónica”.
El investigador, que gracias a sus propias prótesis pudo volver a la escalada, se licenció en Física en 1990 por la Universidad de Millersville y posteriormente realizó una maestría en Ingeniería Mecánica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En 1998 obtuvo el doctorado en Biofísica en la Universidad de Harvard.
Actualmente dirige el Biomechatronic Group en el Media Lab del MIT, donde ha desarrollado las que han sido calificadas como “las prótesis más sofisticadas del mundo”.
El jurado del Princesa de Asturias de Investigación reconoció sus “investigaciones pioneras”, que combinan “inteligencia artificial, neurofisiología y robótica” y que dieron lugar “a una nueva clase de prótesis biónicas inteligentes, controlables por el cerebro”.
Sus métodos se basan en un conjunto de disciplinas científicas y tecnológicas de vanguardia, con un impacto significativo en personas con discapacidades a través de prótesis adaptables que permiten movimientos similares a los fisiológicos.
Titular de más de medio centenar de patentes, es el fundador de la compañía BiONx Medical Technologies, encargada de comercializar una prótesis de miembros inferiores que proporciona energía emulando la función muscular e imitando el movimiento del tobillo y aporta una estabilidad que se ajusta a cualquier superficie.
“Estas contribuciones están acelerando la integración hombre-máquina, lo que permitirá mejorar la calidad de vida de miles de personas”, destacó el jurado en su acta.
El de Investigación Científica y Técnica es el cuarto de los Premios Princesa de Asturias que se conceden este año, en el que celebran su XXXVI edición. En 2015 fue para las bioquímicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna por su investigación sobre el genoma.
Los galardones, dotados con 50.000 euros y una escultura de Joan Miró, serán entregados en octubre en una ceremonia presidida por los reyes Felipe VI y Leticia en Oviedo, en el norte de España.

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