Ibargüen no tiene techo

Si había un candidato en la previa a la Manzana que no se discutía, ése era Oscar Ibargüen. El reginense respondió a su condición de favorito y se anotó una impecable victoria de punta a punta, tanto en la general de la tracción simple como en la Clase A-7. Con su Honda fueron imbatibles y los demás se tuvieron que conformar con seguirlos a distancia.

Dueño de un manejo espectacular, el cómodo líder del regional no se cansó de acelerar y fue uno de los abanderados que tuvo la legendaria prueba.

Fue uno de los más aplaudidos por los aficionados en los diferentes tramos que transitó la Manzana, reconociendo su derroche de talento y entrega por el espectáculo.

Si bien la ventaja era importante, faltaba toda la segunda etapa, que como se esperaba fue realmente exigente y tanto Alejandro Cancio, otro de los ilustres pilotos que le hicieron el aguante a la Manzana, y Daniel Llanos se ilusionaban con dar-le batalla.

Las cosas no se facilitaron para Tato, porque siempre estuvo adelante, pero el espectáculo perdió a un gran protagonista en el primer tramo en Huergo, con el abandono de Cancio, quien defendía el segundo lugar con uno de los eternos R-18.

Recuperó el lugar de escolta Llanos, quien también anduvo lo más fuerte que pudo, aunque no le alcanzó para complicar a Ibargüen en su camino a la conquista de una nueva Manzana.

Ibargüen, quien tuvo algunos problemas en la caja de velocidades, que disimuló muy bien, no tuvo complicaciones y recién en el segundo rulo decidió levantar un poco, no mucho porque es de los que privilegian el espectáculo, para no tener sorpresas.