Icare prometió lucha frontal al asistencialismo
Al delinear la acción que llevará adelante en el nuevo período al frente de la municipalidad de Bariloche, Alberto Icare dijo que defenderá la promoción de fuentes de empleo en la ciudad.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- Al iniciar ayer un nuevo período de cuatro años al frente del municipio, el intendente Alberto Icare se comprometió a dejar de lado el asistencialismo y atacar la pobreza promoviendo «toda iniciativa que genere fuentes laborales». También dijo que las obras públicas serán un «eje central» de su nuevo gobierno, para lo cual confía en obtener fondos de origen nacional y provincial a los que sumará «créditos de línea blanda».
Esos dos aspectos apuntan a atacar los principales déficits que arrastra la ciudad, donde el índice de carencias sociales es de los más altos del país y la falta de infraestructura básica genera continuas quejas de los vecinos.
Icare inició ayer su segundo mandato de intendente, que será el primero completo, ya que al mismo tiempo concluyó el período de 18 meses para el que había sido electo en mayo de 2002, luego de la renuncia de Atilio Feudal.
El acto se realizó por la tarde en el gimnasio municipal nº1, donde se congregaron unas 300 personas, a pesar del frío y la lluvia que aportaron un inesperado marco invernal.
El mensaje de Icare, breve y directo, fue interrumpido dos veces por aplausos espontáneos. Una de ellas fue cuando aseguró una vez más que el cerro Catedral será municipal y «este intendente no firmará nada que perjudique a la ciudad». La misma reacción provocó la referencia a la deuda bancaria, «que hace un año parecía impagable, y en julio próximo quedará en cero».
Hacia el final, el intendente se detuvo a reseñar algunos números de su gestión con
cluida ayer y refirió que la recaudación anual creció un 52%, mientras que la deuda total del municipio «disminuyó de 18 a 12 millones de pesos».
Advirtió que su objetivo es conseguir una cobrabilidad aún mayor de las tasas para poder mejorar la prestación de servicios. «Todavía hay bolsones de evasión con los que vamos a ser implacables», advirtió.
Hubo otro pasaje en el que apeló al tono severo. Fue cuando les pidió a todos los que viven de la actividad turística «que dejen de lado sus intereses sectoriales, se des
pojen de las hipocresías y piensen en el éxito de Bariloche».
Icare admitió que el turismo «será el pilar del desarrollo» de la ciudad y todos sus planes entrarían en crisis si se suceden un par de malas temporadas.
Convocó también a superar las diferencias por la localización del futuro Centro de Convenciones y prometió trabajar «en la captación de capitales y orientando a los inversores» dispuestos a instalarse en la ciudad.
Tal como lo hizo en la campaña, reafirmó su voluntad de terminar con los comedores barriales «para que la familia vuelva a recuperar la dignidad de la persona». Y en la que fue tal vez la referencia más puntual, prometió concretar las obras necesarias para ofrecer tratamiento a pacientes oncológicos en Bariloche porque hoy -pese a la capacidad tecnológica de Invap y el Centro Atómico- «deben viajar 500 kilómetros» para recibir radioterapia.
En el acto hubo numerosos trabajadores municipales, dirigentes políticos y gremiales. Tal vez las ausencias más notorias fueron las de los cuatro intendentes que precedieron a Icare en el actual período democrático.
No obstante el último de ellos, Atilio Feudal, dijo presente a su manera, ya que actualmente es gerente del casino Worest, donde las nuevas autoridades del municipio cerraron ayer la jornada en un ágape organizado por la empresa.
Las formalidades de la ceremonia comenzaron con la apertura de «la primera sesión ordinaria» del nuevo Concejo Municipal, durante la cual la presidenta saliente, Graciela Di Biase, le tomó juramento a su reemplazante, Marcelo Cascón.
Luego este último hizo lo mismo con los otros diez miembros del Deliberante, los tres integrantes del Tribunal de Cuentas y por último el intendente Icare, quien juró «por Dios y los vecinos de San Carlos de Bariloche».
Cascón también tuvo oportunidad de hablar desde el estrado y propuso afrontar su tarea con «una actitud frontal», pero también dijo tener la decisión «de no convertir cada debate en un campo de batalla, porque de ese campo, lo sabemos, nunca se sale entero. Y Bariloche ha sufrido las consecuencias».
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- Los concejales salientes traspasaron el mando a sus sucesores en una sesión emotiva donde por primera vez se habló abiertamente del «golpe institucional» que forzó la renuncia del intendente Atilio Feudal.
La presidenta del Concejo Municipal saliente, Graciela Di Biase, hizo un crítico repaso de la convulsionada gestión que concluyó ayer y advirtió que todavía persisten factores que pueden «condicionar nuestra frágil democracia».
Tal como estaba previsto Marcelo Cascón, primer concejal de la lista más votada en las elecciones de agosto, asumió la presidencia del cuerpo. Mientras que -siguiendo el consenso alcanzado en los días previos- la vicepresidencia primera recayó en el edil de Encuentro de los Rionegrinos, Andrés Martínez Infante, y la vicepresidencia segunda en la concejala del MARA, Sandra Guerrero, ambos elegidos por unanimidad.
Di Biase recordó la enorme crisis económica y social que precedió a la caída de Feudal y las distintas medidas adoptadas -la emergencia económica, el gobierno de coalición, etc.- para evitar el «quiebre de la vida institucional» de la ciudad.
«Bariloche vivió en estos años un golpe institucional, el primero bajo un régimen democrático que culminó con la caída de un intendente municipal, quien hoy (por ayer), debía finalizar su mandato» sostuvo sin dar nombres.
«Analizando objetivamente lo ocurrido es como que hubo un `algo más' a la ineficacia administrativa y a la enorme crisis social. Un algo más que puede condicionar nuestra frágil democracia. Un «algo más» que no puede ni debe volver a ocurrir» concluyó Di Biase, quien reconoció que vuelve al llano con un «sabor agridulce».
Nota asociada: Manda Saiz, que al asumir prometió un gobierno honesto
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