«Il Campanello» nutrió de ópera a Bariloche

La propuesta del Teatro Lírico lleno de arte y sonrisas la sala de la biblioteca.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El estreno de «Il Campanello», la primera ópera completa realizada el domingo en esta ciudad, fue un éxito tanto por la respuesta del público como por la cuidada y atractiva puesta en escena del Teatro Lírico Bariloche.

Una apuesta fuerte que logró sortear los grandes obstáculos de estas latitudes -salas inapropiadas, limitación de reposición- y ofrecer un espectáculo de calidad, a la altura del resurgimiento que experimenta el género en los grandes centros urbanos del país.

La obra de Gaetano Donizetti cobró vida en una Biblioteca Sarmiento mutada al Nápoles del siglo XIX. A las excelentes performances de Edith Mete (soprano) en la piel de «Serafina» y Gabriel Mota (barítono), recreando al cascarrabias «Don Aníbal», se sumó el impecable debut en una ópera completa de Ignacio Bellini (barítono) que interpretó con frescura al pícaro «Enrico».

Junto a los cantantes invitados se lució Gabriel Giménez con el rol de «Spiridione» -el fiel sirviente del farmacéutico napolitano que guía al público en los pormenores de la agitada boda- y el coro entero del Teatro Lírico Bariloche que brindó un marco estupendo a los protagónicos.

También brilló la pequeña orquesta integrada por Marisa Di Giambatista en piano, Marisel Vera y Carolina Yobánolo en violines, Kyoko Kurokawa en viola, Edhison Martínez en contrabajo, Diego Díaz en cello y Alberto Abbate en clarinete. Mientras que la campana que «atormentó» al farmacéutico Don Aníbal Pistachio en su noche de bodas fue oportunamente tañida por Lucas Gómez.

Cada detalle contribuyó a crear el particular clima de la ópera y convertir al escenario de la Biblioteca en un verdadero teatro. En dos funciones a sala llena, unos 300 espectadores fueron cómplices de los picarescos cruces y enredos de la exquisita obra de Donizetti.

No menos importante fue la acertada traducción al español realizada por el director de la compañí local, Walter Gómez, que aportó un condimento fundamental para el deleite del público que respondió con sonrisas, risas y aplausos los distintos pasajes de la puesta.

Satisfecho con el estreno, mientras todavía resonaban los aplausos, Gómez reafirmó su decisión de crear una temporada completa de ópera en el sur aunque reconoció que las dimensiones del desafío lo obligan a replantear la forma de trabajo. «Estamos buscando padrinos para poder seguir adelante» dijo.


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