Impulsan al compromiso social con los menores

En Catriel, la Iglesia Católica promueve debate ciudadano.

CATRIEL (ACA).-Temer Mukled, el párroco de Catriel, viene llevando a cabo desde la Iglesia Católica local distintas actividades relacionadas con la familia, con una aceptable respuesta de la comunidad. De este accionar se destaca ahora un debate titulado «Nos preocupan los niños, adolescentes y jóvenes de Catriel», en el que participaron unas 60 personas. Se elaboró un diagnóstico, del cual se pretende partir con acciones concretas en lo que resta del año y principios del 2004. De todos modos, los niños sin contención siguen siendo una deuda pendiente del Estado local y provincial.

«Esta fue una buena experiencia, aunque duele -cuando se organiza una actividad- que no venga toda la gente que tiene que venir. Cuando uno saca la cuenta de que sólo los padres que tienen alguna preocupación por sus hijos supera ampliamente este número, no se explica el por qué no llegan a participar», expresó el sacerdote.

En esta jornada se comenzó debatiendo sobre lo que cada uno pensaba, sentía y opinaba de tan sugerente nombre de la actividad: «Nos preocupan los niños, adolescentes y jóvenes de Catriel». Cada uno expuso y luego se habló en general sobre cuáles eran los factores de riesgos. Al final se logró hacer una especie de diagnóstico parcial dado que no estaba representada toda la comunidad. Pero esta información de todos modos -según interpretan algunos de los asistentes- es de gran utilidad para intentar abordar soluciones.

Entre los puntos más salientes, el grupo entiende que la falta de comunicación y la indiferencia son dos factores a tener en cuenta. Asimismo se indica que a partir de allí «como Iglesia es necesario encontrar la manera de presentar el amor de Dios no como un argumento sino como una acción concreta». «Está el desafío básico de los cristianos: Ama a Dios por sobre todas las cosas y ama a tu prójimo como a ti mismo. Si hay amor no puede haber indiferencia. Y nosotros -si somos cristianos- debemos ser imitadores de Jesús fundamentalmente en el compromiso», dijo a este diario el cura Temer Mukled.

Cabe acotar que Catriel posee una red de instituciones que se ocupan de los problemas sociales tales como niños desprotegidos, violencia familiar y otros temas igualmente importantes. Aunque en muchos casos, la falta de personal en algunas instituciones impide una labor más eficiente. Tal vez por eso – y a pesar de la red- se observan en las calles niños pidiendo monedas, otros como el caso que informó este diario de chicos que aunque no les falta alimento, vivienda y ropa, están sin la contención afectiva de al menos uno de sus progenitores. «Mientras que desde los lugares donde se debe detectar este tipo de abandonos se hace muy poco, la gente de Catriel no puede ser indiferente ante el abandono», sostuvo una «vecina solidaria».

Desde hace una década se comenzó a hablar en Argentina del llamado 'aprendizaje en servicio' que no es otra modalidad educativa que la de realizar acciones solidarias para la formación pedagógica y personal de los estudiantes. En muchos países forma parte de la currícula diaria del aula y en el nuestro comenzó a aceptarse como imprescindible dentro y fuera del plan de estudios, con destacables resultados contra el abandono y el bajo rendimiento escolar.

En Argentina, desde hace varios años existen escuelas, mayormente de zonas humildes o enclavadas en zonas totalmente desfavorables como montañas, selvas o lugares muy alejados de los centros urbanos, en los que para sobrevivir tendieron lazos con sus habitantes y organizaciones sociales y hasta productivas de modo de enfrentar juntos la adversidad que les presentaba el medio y la situación socioeconómica.

Es así que escuelas de Salta, Formosa y Jujuy que algunas conviven cercanas a poblaciones indígenas idearon diversas 'acciones' para mejorar la vida de estas personas y ellos poder volcar en hechos parte de su aprendizaje. Así nacieron obras de ingeniería, de riego en la alta montaña carente de agua, programas de alfabetización, de apoyo escolar y hasta la utilización del teatro y la dramatización a través de títeres para esclarecer a sus vecinos acerca de los cuidados y los males de la vinchuca y el cólera, que hoy se contabilizan en mas de 5.500 proyectos que se presentaron para el concurso nacional Escuelas Solidarias.

De observar esas primeras experiencias en el país, María Nieves Tapia, una de las pioneras en la temática en el país y coordinadora del programa Educación Solidaria del ministerio de Educación de la Nación y anteriormente en la Ciudad, le dio forma, estructura y respaldo. «Una misión ineludible de la escuela es formar una ciudadanía adecuada que sea capaz no solo de protestar por sus derechos sino también de ofrecer alternativas positivas», afirmó Tapia.

 

 

En esta década, según Nieves las acciones solidarias «crecieron en más de un 70 por ciento» en las escuelas del país, entre las que están con mucha presencia los colegios privados, algunos de los que son la única oferta en algunas regiones de provincias. Ejemplo de ello son algunos inventos que hicieron colegios técnicos, como los aparatos ortopédicos fabricados en sus propias aulas, a costos un 40 por ciento menores que los del mercado y que pueden ser accesibles a la comunidad; también radios FM para informar a las pequeñas poblaciones de agricultores sobre el clima; periódicos y bibliotecas donde no las hay y señalizar en braille las calles de una ciudad para aquellos que no ven.

¿Cómo se distingue una acción solidaria de una posible utilización de los chicos por parte de comunas y funcionarios para realizar un trabajo gratis, ya sea haciendo tareas de limpieza, vacunación de perros o alguna clase de obra pública? «Hay que tener cuidado de que en nombre de una acción solidaria se esté utilizando al chico como mano de obra barata», precisó Tapia para agregar que «hay que evitar darle espacio a cuestiones peligrosas que conviertan a la escuela en un lugar de «clientelismo de los chicos de los punteros de turno», en muchas zonas donde la pobreza es el flagelo que los azota todos los días. Por ello, apuntó también que estas iniciativas tienen que «retomar el financiamiento como una línea de trabajo, y apoyar con pequeños subsidios a aquellos proyectos significativos».


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