Impulso a la inversión: segundo round

Orientación del crédito y regulación de las tasas de interés: dos mandatos que Mercedes Marcó del Pont se ha tomado muy en serio. Respecto del direccionamiento compulsivo de los depósitos que la máxima autoridad monetaria está llevando a cabo, esta semana el Directorio del Central aprobó la decisión de exigirles a las entidades financieras inyectar en el mercado 17.000 millones de pesos adicionales. Este monto equivale al 5% del total de depósitos del sector privado al 30 de noviembre y se sumaría a los 15.000 millones de este año. Según declaraciones de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el monto debería estar colocado durante el primer semestre del próximo año. Se mantendrían las mismas condiciones que en la primera edición: plazo mínimo de 36 meses, el 50% de los créditos debe destinarse a pymes y una tasa de interés en torno al 15%. Este último punto es el que hace más ruido en un contexto en el que la tasa de referencia, Badlar, subió cuatro puntos porcentuales en seis meses. Ante este escenario de tasas de interés en franco crecimiento, el sistema financiero pierde rentabilidad en estas líneas. Además, las perspectivas indican que las tasas continuarán subiendo en un escenario donde la inflación se mantendría alrededor del 26% anual y la moneda local seguiría devaluándose frente al activo de inversión prohibido, el dólar. A lo anterior se suma un sector público que sigue buscando financiamiento en el mercado local, desplazando a otras empresas. Esto condiciona a los bancos privados a ofrecer rendimientos cada vez mayores para captar depósitos, que hasta el momento se han caracterizado por ser de corto plazo. Por último, a pesar de esta política crediticia expansiva, la inversión no responde y la actividad económica no se recupera.


Orientación del crédito y regulación de las tasas de interés: dos mandatos que Mercedes Marcó del Pont se ha tomado muy en serio. Respecto del direccionamiento compulsivo de los depósitos que la máxima autoridad monetaria está llevando a cabo, esta semana el Directorio del Central aprobó la decisión de exigirles a las entidades financieras inyectar en el mercado 17.000 millones de pesos adicionales. Este monto equivale al 5% del total de depósitos del sector privado al 30 de noviembre y se sumaría a los 15.000 millones de este año. Según declaraciones de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el monto debería estar colocado durante el primer semestre del próximo año. Se mantendrían las mismas condiciones que en la primera edición: plazo mínimo de 36 meses, el 50% de los créditos debe destinarse a pymes y una tasa de interés en torno al 15%. Este último punto es el que hace más ruido en un contexto en el que la tasa de referencia, Badlar, subió cuatro puntos porcentuales en seis meses. Ante este escenario de tasas de interés en franco crecimiento, el sistema financiero pierde rentabilidad en estas líneas. Además, las perspectivas indican que las tasas continuarán subiendo en un escenario donde la inflación se mantendría alrededor del 26% anual y la moneda local seguiría devaluándose frente al activo de inversión prohibido, el dólar. A lo anterior se suma un sector público que sigue buscando financiamiento en el mercado local, desplazando a otras empresas. Esto condiciona a los bancos privados a ofrecer rendimientos cada vez mayores para captar depósitos, que hasta el momento se han caracterizado por ser de corto plazo. Por último, a pesar de esta política crediticia expansiva, la inversión no responde y la actividad económica no se recupera.

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