Inauguran jardín de infantes que había comenzado el padre Rondini

VILLA REGINA (AVR).- El 26 de febrero, pero de 1959, el padre salesiano César Rondini llegó a Villa Regina para comenzar a edificar la obra que hoy cuenta con hogares para chicos de la calle, escuelas primarias, secundarias, jardines de infantes y talleres de oficios. Por eso ayer, 45 años después, quienes continúan al frente de la Organización de Escuelas Parroquiales decidieron rendirle un homenaje, al inaugurar una de las obras más anheladas por el sacerdote, pero que no pudo verla hecha realidad en vida.

Se trata del jardín de infantes «Pimpollito», cuya estructura se asemeja a un barco. El edificio se encuentra en el barrio Antártida Argentina de Villa Regina, uno de los barrios más queridos por Rondini, y en el cual puso especial atención en su tarea evangelizadora y social.

Pero además el acto tuvo un aditamento especial, como fue la presencia de 45 familiares de Sara y Felipe Torroba Llorente, dos hermanos españoles, que tras su fallecimiento legaron a la institución salesiana una importante suma de dinero. Fue precisamente este legado el que permitió a la Organización de Escuelas Parroquiales poder levantar el edificio que permitirá a 150 chicos del sector contar con un lugar especial para el inicio de su escolarización.

El acto contó además con la presencia de familiares del sacerdote salesiano, fallecido en el 2001, del obispo diocesano Néstor Navarro, del intendente Carlos Peralta, de concejales, del presidente de la Fundación Padre César Rondini, Mario Zecca, docentes y colaboradores de la institución y de un importante número de vecinos del barrio.

Norma Quintans, coordinadora y directora general de la Organización de Escuelas Parroquiales, destacó que la fecha elegida para la inauguración «es por algo muy especial, en 1959 el 26 de febrero, llegó a Villa Regina el padre Rondini».

«El Señor quiso que sembrara tanto y que hiciera tantas cosas, y hoy se concreta uno de los sueños del padre que era hacer este jardín de infantes, y también el complejo vacacional de Las Grutas para los chicos» apuntó Norma Quintans.

Por otra parte apuntó que ambas obras estaban en proyecto, pero no se concretaban por la falta de recursos.

El legado de los hermanos Sara y Felipe Torroba Llorente, fue la mano que faltaba para poder encarar y terminar los proyectos. «Vinieron a visitarla y enseguida se entusiasmaron con el trabajo y nos han estado apoyando a la distancia. Es toda una familia a la distancia que está velando por todo esto y protegiendonos» comentó a directora de Orespa.


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