Inauguraron un colegio con respaldo del obispado

"Nuestra Señora de la Guardia", un establecimiento de nivel medio, contribuyó a ampliar la oferta educativa en el sector oeste de Neuquén mediante una innovadora pro

NEUQUEN (AN).- Casi cinco años después de haber surgido como un ambicioso proyecto educativo, el colegio de gestión privada «Nuestra Señora de la Guardia» quedó ayer oficialmente inaugurado en esta capital. Este establecimiento de nivel medio, cuya creación fue respaldada por el Obispado, contribuyó a ampliar la oferta educativa en el sector oeste a través de una innovadora oferta pedagógica que incluye talleres de oficios para que los jóvenes logren insertarse en el mundo laboral.

«Estamos conformes porque logramos poner en marcha esta iniciativa, pero aún tenemos mucho trabajo por delante», afirmó la directora del colegio, María Inés Cafiero, luego de la inauguración en la que participaron el obispo neuquino, Marcelo Melani, y los profesores que trabajaron en la iniciativa.

El colegio, alberga una matrícula de 62 alumnos divididos en dos primeros años y de los barrios más carenciados de la ciudad: Colonia Nueva Esperanza, Almafuerte I y II, Hipódromo, Belén, Valentina Norte Rural y Toma Esfuerzo, entre otros. A medida que los alumnos avancen en el cursado, se irán incorporando nuevos cursos.

La idea de ponerlo en marcha surgió en el año 2000, luego del duro diagnóstico realizado por la Fundación SES (Sustentabilidad, Educación y Solidaridad) sobre la situación socio-económica que atraviesan los chicos que habitan el sector oeste. Un grupo de docentes del secundario Padre Fito, el cual depende del obispado, decidió crear este colegio no sólo para ampliar la escasa oferta educativa en esta zona de la capital, sino también para brindarles herramientas a los alumnos que le permitan insertarse en el mundo laboral.

Por este motivo, además del plan de estudios de bachiller común y una jornada de ocho horas diarias, la propuesta pedagógica contempla el dictado de cuatro talleres de oficios: informática, agropecuaria, gastronomía y electricidad. «La intención es que los talleres no sólo sirvan para que los chicos puedan tener un oficio, sino también para que la escuela pueda autogestionarse en su funcionamiento», explicaron los docentes.

Para concretar el proyecto, el Obispado cedió parte del predio que tiene en la zona del hipódromo para la construcción del edificio, cuya primera etapa estará terminada a fines de año mediante una donación de 150 mil dólares efectuada un anónimo. También prestó las instalaciones con las cuenta en el lugar, que fueron refaccionadas para el funcionamiento provisorio del colegio.

En tanto el Consejo Provincial de Educación (CPE) asumió el pago de los salarios de los 17 docentes que trabajan en el establecimiento, mientras que los materiales para los talleres fueron adquiridos mediantes aportes de pequeñas empresas de la ciudad, padres y docentes.

De todas formas, y a pesar de la entusiasmo que manifestaron ayer docentes y estudiantes, aún restan aspectos por solucionar para optimizar el funcionamiento del colegio. Entre estos figura el transporte urbano (los alumnos están yendo en un colectivo contratado por el CPE), el suministro de agua potable (el municipio provee en camiones), la designación de los auxiliares de servicio, la entrega de un subsidio para materiales comprometido por la jefatura de Gabinete que todavía no fue abonado, entre otros.


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