Incendio en el sur de Bariloche: ¿estaba contenido?, se reavivó y denuncian negligencias

Crece la polémica por el incendio que se desató hace 37 días. Vecinos de El Manso y brigadistas coinciden que en que hubo fallas en la conducción y logística. Dicen que el alivio que trajo la lluvia de inicios de enero no se aprovechó.

«La sensación que tenemos los pobladores es que no hicieron mucho para contener el incendio«, reconoció Lisandro Lafré que reside en El Manso desde 1944. Desde hace 37 días, los vecinos de esa zona no dejan de estar alerta respecto del avance de las llamas que se iniciaron el 7 de diciembre pasado, luego de la caída de un rayo durante una tormenta eléctrica. Las llamas no dieron tregua desde entonces y avanzan de manera incontrolable.

«Ayer sobrevolaban la zona cinco aviones y dos helicópteros para algo que ya es incontrolable. Y nos preguntábamos: ¿por qué no pusieron los recursos antes, cuando era un humito?«, objetó Lanfré. Y agregó: «Hace 37 días, un rayo generó un fuego chico en un lugar al que se podía acceder y sobrevolar. Con la última lluvia, todos creímos que ya lo apagaban y tampoco ocurrió».

En un primer momento, las llamas avanzaron por los valles hasta el lago Steffen y llegaron hasta la cumbre del cerro Santa Elena. El alivio que trajeron los 115 milímetros de precipitaciones durante los primeros días de enero se disipó de forma fugaz. Esta semana el incendio se propagó hacia la jurisdicción provincial, cruzó el Cañadón de la Mosca y ahora, avanza en dirección este, por la ladera del Cordón Serrucho.

«Días atrás, todo el mundo veía el humito en el faldeo. Esperaron a que ese fuego se hiciera grande para mover recursos. Entonces, ¿se escapó o lo dejaron ir? Algo raro pasa. Esa es la sensación, más allá de la angustia y la impotencia», lamentó Lanfré.

Deslindó de responsabilidades a los brigadistas y acusó «a las cabezas, del Ministerio de Ambiente para abajo». «El incendio arrancó en la jurisdicción de Parques. Pero todos estos días, hubo combatientes del Servicio de Prevención y Lucha contra los Incendios (Splif) dando vueltas en la zona y nunca se los convocó. No se les permitió trabajar», aseguró.

Sebastian Gowda, otro poblador, coincidió en las causas del desmedido avance del incendio forestal. «Estaba apaciguado, eran muy pocos focos y de repente, se fue para arriba. Hubo un abandono total. Si se hubiera trabajado desde el principio, no hubiéramos llegado a esto», señaló.

Eliana Zavattaro, residente de El Manso Medio, fue terminante: «Claramente, no se hizo nada -o muy poco- de lo que se tendría que haber hecho. En un inicio, las poblaciones estábamos tranquilos porque el fuego estaba lejos». Pero la situación se tornó alarmante cuando las autoridades empezaron a hablar de una posible evacuación, «aunque el fuego estaba a 5 kilómetros del valle, en linea recta». El argumento fue que dependían del viento.

«Se ocuparon de comprar colchones en caso de evacuación, pero no de poner todos los hidrantes y el personal necesario para evitar que suceda. Podrían haberse hecho cortafuegos. Hay un río en el medio, pero ese río es límite entre Parques y provincia, así que nunca pudieron ponerse de acuerdo para ver quien se hacía cargo», expresó Zavattaro.

Según esta mujer, la situación se repitió desde el inicio del incendio. «Vinieron todos los jefes de jefes, de guardaparques, del Splif, del Ministerio de Seguridad, de Protección Civil y se pasaban la pelota sin resolver ni poner en marcha ningún plan de acción. Todo terminaba en discusiones y nada», argumentó. Por eso, un grupo de vecinos decidió convocarse para comprar radios y así estar comunicados y comenzaron a subir hasta la montaña para tener informes del avance del fuego ya que según denunciaron, «nunca accedieron a los reportes».

Zavattaro fue crítica con el accionar después de la última lluvia. «Es indignante porque no se aprovechó. Llegamos a tener cinco brigadistas en el bosque, cuando necesitábamos 100 personas para hacer un cortafuegos. Está claro que ellos responden a decisiones que toman quienes no están en el bosque sino en una oficina«, señaló.

Los brigadistas se quejan porque no tienen directivas claras

«¿El avance del incendio se podría haber evitado?», preguntó RÍO NEGRO al brigadista Juan Sepúlveda. «No me gusta hablar con el diario del lunes, pero el principal problema es la falta de idoneidad, capacidad y organización. La logística es central cada vez que salta un incendio y acá estamos», respondió este delegado de ATE en Parques Nacionales.

Por otro lado, denunció las pésimas condiciones de trabajo por parte de los brigadistas. «A la mala organización, se suma el cansancio -porque no hay horario con un incendio- y la mala alimentación. Esto no es de ahora. Por eso, en octubre consultamos a la jefatura sobre cómo se iba a trabajar. Nos contestaron con evasivas y que nos quedemos tranquilos», manifestó Sepúlveda.

Es una catásfrofe. Es un bosque con una biodiversidad hermosa. Anuncian lluvias de nuevo, pero ya está en una zona inaccesible”.

Lisandro Lanfré, poblador de El Manso.

Afirmó que no hubo «directivas claras» desde el inicio del incendio. «No hay órdenes claras de arriba. El compañero a cargo de la cuadrilla sabe qué tiene que hacer y gracias a eso, se mantuvo el fuego, como se pudo. Lo cierto es que no se concursan los cargos. Entonces, el que está al mando, no siempre es una persona idónea y determina lo que cree que está bien. Y así nos va».

Sepúlveda reconoció que la región atraviesa una sequía histórica. «Es como cuando la gente del campo dice que se viene un invierno nevador. Se corta leña dos meses antes. Esto ya lo veníamos anticipando. Nadie puede decir que este incendio fue una sorpresa porque cayó un rayo. Se venía hablando de la sequía y ahora, el resultado esá a la vista», resaltó.

Respecto a las percepciones de los pobladores de la zona afectada, consideró que «tienen razón porque son los paisanos de la zona que viven el incendio día a día. Con una buena organización, el avance del fuego no hubiera sido tal, pero ya está hecho».

Malas condiciones de trabajo. Es lo que denuncian los brigadistas. Foto: Chino Leiva

"En ningún momento nos confiamos"

El aumento de los vientos y la falta de humedad complicaron el incendio en la zona de la ruta nacional 40, planteó el intendente del parque Nahuel Huapi, Horacio Paradela. «Ese comportamiento extremo se volvió a ver en la zona del Cañadón de la Mosca donde ya no se le puede hacer frente, con semejante virulencia«, expresó.

La prioridad, esbozó, es que no impacte en ninguna vivienda ni en el sector productivo y consideró que «no es correcto decir que el fuego está descontrolado ya que hay sectores que no tienen actividad».

Dijo que, en ningún momento, faltaron recursos para combatir el incendio. «Nunca nos confiamos. Los focos que producen los rayos estaban en lugares inaccesibles, con una condición topográfica compleja para llegar. Se intentó resolverlo con los brigadistas, priorizar la seguridad, pero en tres días, el viento lo descontroló», argumentó.

Al ser consultado sobre los trabajos posteriores a las precipitaciones que atenuaron la intensidad de las llamas, el intendente aseguró que «pareciera que relajamos, pero la gente volvió a trabajar de inmediato. La complejidad fue aumentando y fuimos pidiendo más recursos. El problema de este incendio es que va subiendo la complejidad y se va poniendo más gente. En todo el mundo pasan estos fenómenos; no es que relajamos».

Respecto a las críticas sobre el accionar, Paradela admitió que «siempre hay diferencias en una gestión». Reconoció que hubo problemas operativos, por lo cual se decidió cambiar el jefe operativo del incendio a fines de diciembre. «Reconozco que hubo falencias operativas que había que mejorar y por eso, se designó a Juan Salinas», indicó.


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