Indignación por la muerte de niños palestinos en incursiones israelíes

TEL AVIV/Franja de Gaza (ANSA).- La filmación de un tanque israelí que acribilla a dos niños palestinos de corta edad causaron indignación aún en el propio Israel, mientras en otra jornada de violencia tres palestinos murieron ayer por disparos del Ejército en la franja de Gaza, entre ellos una mujer y su hija de dos años.

La difusión de un video que muestra a un tanque israelí cuando acribilla a dos hermanos palestinos de 6 y 13 años, sumado a las muertes de una mujer y su hija de dos años en Gaza, conmocionó a los Territorios y mereció una dura condena de un prestigioso editorialista israelí, que tildó el hecho como «un crimen de guerra».

En la interminable espiral de violencia en Medio Oriente, las últimas víctimas son Nur Hindi, de sólo 2 años, y su madre Randa, de 44.

Las dos viajaban en un taxi la noche pasada en proximidades al asentamiento judío de Netzarim, sur de Gaza, cuando cerca de un cruce el vehículo fue impactado por el fuego de un tanque armado israelí.

La pequeña y su madre murieron a causa del impacto mientras el conductor del taxi y otro pasajero quedaron heridos.

El ejército israelí no hizo por ahora comentarios, mientras un portavoz militar declaró que no estaba al tanto de otro hecho similar en el que -según fuentes palestinas- un hombre de 44 años, Subhi Shurab, fue también muerto la noche pasada al este de Khan Yunis, siempre al sur de Gaza.

Al horror por la muerte de la beba y su madre, se sumó hoy la conmoción que siguió a las imágenes difundidas por la BBC de Londres sobre la muerte de dos hermanos palestinos -Ahmed y Jamil Abu Aziz, de 6 y 13 años respectivamente- acribillados dos semanas atrás en Jenin, norte de Cisjordania, por un tanque armado israelí.

Ya entonces la muerte de los dos hermanos había despertado acusaciones y polémicas, sobre todo porque los soldados habían abierto fuego contra un pequeño grupo de palestinos que -convencidos de que el toque de queda se había levantado- habían salido de sus casas en busca de alimentos y agua en el mercado de la población.

Un videoaficionado logró captar, desde lo alto de un edificio, el momento en el que el grupo de palestinos comienza una desesperada huida mientras se aproxima de manera amenazante un tanque israelí.

La filmación muestra cuando el tanque abre fuego contra la gente y mata a los dos hermanos quienes -según contó su padre- habían salido de su casa para comprar chocolates.

«Es un hecho, basta ver el video, el tanque armado sigue a los dos chicos y abre el fuego contra ellos a breve distancia», comentó Gideon Levy, periodista del prestigioso diario israelí Haaretz.

En un extenso editorial, Levy denunció como un «crimen de guerra» el sanguinario episodio por el cual el ejército del estado judío presentó sus «excusas».

Las muertes se producen al día siguiente del multitudinario entierro de dos activistas de las Brigadas de Al-Aksa, brazo armado del movimiento oficialista Al Fatah. Los activistas fallecieron en lo que Israel en lo que denomina «asesinato colectivo», esto es, la muerte, generalmente mediante el uso de helicópteros, de militantes de facciones armadas palestinas o personas «buscadas» por Israel.

Miles de palestinos pidieron el viernes venganza en la ciudad de Gaza contra Israel, con disparos al aire, por el asesinato del coronel Jihad Al Omarin, de 45 años, y su sobrino Wael al-Namara, de 33, muertos el jueves por la noche al estallar su coche alcanzado con un proyectil lanzado por un helicóptero Apache.

En tanto, en su cuartel general en Ramallah, capital de Cisjordania, el presidente palestino, Yasser Arafat, enfrenta una abierta rebelión de centenares de oficiales y agentes de la seguridad preventiva.

Jefes militares se rebelan contra cambios de Arafat

RAMALLAH, Cisjordania (AFP).- Los dirigentes de la seguridad preventiva palestina en Cisjordania desafiaron ayer al presidente Yasser Arafat protestando contra su decisión de destituir a su jefe, el coronel Jibril Rajub.

En medio de la presión interna a la que es sometido, Arafat se reunió ayer en Ramallah (Cisjordania) con seis oficiales y miembros de la seguridad preventiva palestina, que le expresaron su descontento por la destitución de Rajub, dijo el capitán Sabri Tmezi. «Seis dirigentes de la seguridad preventiva se reunieron con el presidente Arafat en la Mukata, en Ramallah, para discutir el tema con él», indicó Tmezi.

Según Tmezi, los delegados comunicaron a Arafat su deseo de que el coronel Rajub sea nombrado en un cargo jerárquico más importante. Rajub fue designado gobernador de Jenín, cargo que sus partidarios consideran de menor jerarquía.

Unos 600 oficiales y miembros del servicio de seguridad preventiva declararon abiertamente ayer que se negaban a «cooperar» con Zuheir Manasra, el ex gobernador de Jenín (norte de Cisjordania), al que Arafat nombró sustituto de Rajub.

«Hemos decidido no cooperar con el nuevo jefe de la seguridad preventiva designado por el presidente Arafat. La decisión de destituir de sus funciones al coronel Rajub no era una buena decisión y afectará al servicio», explicó Tmezi.

Explicó que formaba parte de la delegación de 600 hombres que el sábado se reunieron en los locales de la seguridad preventiva en Betunia, cerca de Ramallah. Por su parte, un responsable palestino minimizó el impacto de esta iniciativa. «No se trata en absoluto de una rebelión ni de nada parecido. Forman parte de la Autoridad Palestina, y obedecerán el reglamento», dijo.

Asesinaron al vicepresidente de Afganistán

Kabul (Télam-SNI).- El vicepresidente y ministro de Obras Públicas de Afganistán, Haji Qadir, fue asesinado ayer a balazos en la capital afgana, convirtiéndose en el segundo ministro asesinado desde que el gobierno de Karzai asumió de forma provisional en diciembre, semanas después de la caída de los talibán.

Abdul Qadir era uno de los tres vicepresidentes afganos elegidos el mes pasado por la Loya Yirga o Gran Asamblea, que confirmó a Hamid Karzai -hasta entonces jefe de un Gabinete provisional- como presidente del Gobierno afgano de transición para los próximos 18 meses.

El ministro de Turismo y Aviación Civil, Abdul Rahman, fue asesinado en febrero en el aeropuerto de Kabul, cuando se disponía a abandonar la capital afgana.

Desde Kennebunkport, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, expresó ayer sus condolencias a su colega afgano, Hamid Karzai, y declaró estar «más decidido que nunca a llevar la estabilidad a ese país para que el pueblo afgano pueda gozar de la paz y tener esperanza».

«Parece que dos de los guardaespaldas de Qadir también fueron asesinados», dijo una fuente oficial a la prensa, informando que «Qadir fue asesinado cerca de su nueva oficina del ministerio de Trabajos Públicos».

El ministro fue asaltado por dos individuos que llegaron al lugar en un coche y descargaron sus armas contra el ministro, que se hallaba en el interior de un vehículo sobre el que impactaron una treintena de balas.

Poderoso y temido

Haji Abdul Qadir, el vicepresidente afgano asesinado ayer en Kabul, además de ser uno de los personajes más discutidos y famosos de Afganistán, era un hombre poderoso y temido.

Qadir, ex mujaidin, en los años «80 fue uno de los comandantes de Hezb-i-islami, una de las muchas facciones antisoviéticas guiadas por el conservador religioso islámico Yunis Khalis.

Era hermano del héroe de la resistencia Abdul Haq, capturado y asesinado por los talibán en noviembre pasado cuando ingresó subrepticiamente desde Pakistán a Afganistán, bajo el auspicio de los estadounidenses, para organizar la lucha contra el régimen. Gobernador de la provincia suroriental de Nangarhar, de la que Jalababad es la capital, Haji Qadir era un pashtun, pero ligado a los señores de la guerra de la Alianza del Norte.

Alto, elegante, espiritoso y de cabellos y barba blancas, siempre vestido con la tradicional indumentaria afgana y el turbante de seda, Haji Qadir era un jefe tribal muy respetado y también muy odiado. Qadir fue el primer huésped del millonario saudita Osama Ben Laden, cuando Qadir era gobernador desde 1992 hasta 1996, hasta el arribo de los talibán al poder.

Luego de la caída del régimen talibán en diciembre, Haji Qadir retornó a Afganistán desde Peshawar, donde vivió en el exilio En Jalalabad, donde vivía en el edificio que era en la época de la monarquía la residencia invernal del rey , sus hombres pelearon varias veces con los del jefe de la policía local. Desde Pakistán Haji Qadir controlaba el tráfico de heroína de su tierra.