Inequidades

opinión

javier lojo

jlojo@rionegro.com.ar

La nueva moratoria revivió el dilema moral que representa la puesta en marcha de este tipo de medidas y los recaudos que habría que tomar para que no se conviertan en una fuente permanente de inequidad fiscal para la sociedad.

Hay un amplio consenso y razones de peso entre especialistas acerca de que este tipo de decisiones no es recomendable.

El sentido común indica que se termina beneficiando a quienes no cumplieron sus compromisos fiscales. Otro de los argumentos es que se debilita la disciplina de los contribuyentes en la medida en que se estimula la creencia de que tarde o temprano reaparecerá el beneficio. Y, finalmente, representa una enorme injusticia para los ciudadanos ilusos –por no llamarnos de otro modo– que en forma puntual cumplen sus obligaciones tributarias.

Los que tienen deudas podrán cancelarlas en diez años. Un puente que termina financiando el Estado ya que, en un país con una inflación anual superior al 25%, el importe de las cuotas se irá licuando con el simple transcurso del tiempo.


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