Inesperada reaparición de Juan Pablo II

ROMA.- Juan Pablo II apareció ayer en la ventana de su habitación en la clínica Gemelli, poco después del Angelus en la Plaza San Pedro, pero su estado de salud reabre el debate acerca de su continuidad a la cabeza de la Iglesia Católica.

El papa apareció por sorpresa y saludó brevemente desde la ventana del centro médico romano donde se le practicó hace tres días una traqueotomía para mejorar su respiración, afectada por un estado gripal producto del Mal de Parkinson que lo aqueja.

Juan Pablo II se llevó la mano hacia la garganta, en clara alusión a su reciente operación, que le impide hablar por el momento.

Poco después de concluido el Angelus, los peregrinos vieron en grandes pantallas, instaladas en la Plaza San Pedro, que las persianas de la habitación del papa se levantaban y aparecía su figura blanca en una silla de ruedas empujada por su secretario Mieczyslaw Mokrzycki.

Juan Pablo II estaba acompañado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano, y saludó con la mano desde el otro lado del cristal, relató la Red Informática de la Iglesia en América Latina.

Minutos antes, el arzobispo argentino Leonardo Sandri leyó el mensaje de Juan Pablo II en la ceremonia del Angelus, en la que por primera vez en 26 años de pontificado no pudo impartir personalmente la bendición.

Sandri, un sacerdote nacido en Buenos Aires en 1943 y sustituto de la Secretaría de Estado vaticana, leyó el texto en que el Papa pide a los creyentes que los sigan acompañando en estos momentos de aflicción.

«El Santo Padre no está con nosotros, pero nos sigue desde el Gemelli, ofrece sus oraciones y sus sufrimientos por nosotros y por el mundo. Y nosotros, desde su plaza, rezamos con él y por él», dijo Sandri antes de la lectura. La repentina reaparición del papa, celebrada por la grey católica en todo el mundo, no acalla el debate instalado en la jerarquía eclesiástica acerca de su verdadera capacidad para seguir al frente de la milenaria institución.

En particular, la discusión actual se centra en si un Pontífice incapacitado para hablar puede encabezar la Iglesia Católica.

Las altas jerarquías vaticanas no dudan que el papa nunca presentará la renuncia -prevista por el Código de Derecho Canónico-, porque para él ser sucesor de Pedro significa seguir su apostolado hasta el final, señaló la agencia Ansa.