“Influencias del poder”
Entre los derechos que la Constitución reconoce a los habitantes argentinos (todos) se cuenta el de “publicar sus ideas por la prensa sin censura previa…” (artículo 14). En los tiempos actuales, la libertad de expresión amparada por la Constitución nacional incluye la difusión del pensamiento y todas las manifestaciones culturales por los medios que ha aportado la tecnología del siglo XX y lo que va del XXI. La protección de la libertad de expresión en general y de la libertad de prensa en particular está también establecida en varios de los tratados internacionales a los que se les ha dado rango institucional. Sintéticamente he querido contextualizar con esta introducción que aparece en cualquier texto de Educación o Instrucción Cívica de los programas de estudios del Nivel Medio o secundario de la República Argentina para graficar la situación que padece un medio de comunicación independiente (Radio FM Arco Iris) de Loncopué, en la provincia del Neuquén, por ser la voz de la resistencia de los vecinos autoconvocados que rechazan la explotación minera a cielo abierto con utilización de sustancias tóxicas para la lixiviación de los minerales (ácido sulfúrico y cianuro, entre otros). Desde que se supo que una minera de capitales del Estado chino (Emprendimientos Mineros) desembarcaría en territorio de la Comunidad Mellao Morales de Campana Mahuida para explotar un riquísimo yacimiento de cobre vendido por el Estado provincial neuquino (Cormine) por la irrisoria suma de un millón de dólares, vecinos y quienes se han opuesto y resistido a esta política entreguista de nuestros recursos naturales han sufrido agresiones verbales y físicas, persecuciones, descalificaciones personales, daños y pérdidas materiales, amenazas… y hasta una muerte que dejó muchas dudas. Un capítulo aparte merece lo sucedido a la emisora en cuestión. Desde la constitución y organización de los Autoconvocados de Loncopué la FM Arco Iris fijó una postura incondicional en defensa de nuestros recursos naturales y del medio ambiente. Tanto es así que cedió de manera gratuita un espacio los sábados para quienes quisieran expresar sus puntos de vista en relación con este proyecto minero. Desde entonces casi sistemáticamente la emisora ha sido blanco de atentados (sin contar que con anterioridad fue objeto del robo de todos sus equipos de transmisión) como la destrucción de las riendas que sostienen la antena, el corte y la posterior sustracción del cable coaxial, la destrucción de llaves térmicas y la intimación del EPEN para que retirara la antena de un campo privado propiedad de “La Nueva Aurora SA”, cuya titularidad se adjudica María Eugenia Crexell Rosasco de Sapag, esposa de Carlos “Nuno” Sapag, hermano del actual gobernador, dueño también de CN Sapag, empresa vial y constructora, principal accionista de la empresa familiar minera Ámbar, y dueño además de la Estancia “3 de Fierro” en proximidades de El Huecú, entre otras. Hay que agregar la sumisión y obediencia al poder político y familiar por parte del Concejo Deliberante y el intendente de Loncopué al derogar en tiempos de “feria legislativa” y en tiempo récord (21 de enero) la ordenanza que autorizaba la instalación de la antena de FM Arco Iris desde 1998… lo llamativo del hecho es que en el mismo predio hay otras antenas, como la de la Radio Municipal y otra de internet de una empresa privada y una cisterna también municipal. ¿Casualidad, persecución, censura, influencias del poder político de la familia del gobernador? Hacemos pública esta arbitrariedad y persecución ideológica a un medio de comunicación independiente y repudiamos y rechazamos la derogación de la ordenanza municipal 914/10 del Concejo de Loncopué, además de solicitar solidariamente a todas las organizaciones sociales y políticas que se expidan frente a este hecho que lesiona la libertad de expresión y pensamiento en un Estado democrático. P/Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Loncopué (AVAL), Carlos Camargo, DNI 12.314.672
Carlos Camargo, DNI 12.314.672
Entre los derechos que la Constitución reconoce a los habitantes argentinos (todos) se cuenta el de “publicar sus ideas por la prensa sin censura previa...” (artículo 14). En los tiempos actuales, la libertad de expresión amparada por la Constitución nacional incluye la difusión del pensamiento y todas las manifestaciones culturales por los medios que ha aportado la tecnología del siglo XX y lo que va del XXI. La protección de la libertad de expresión en general y de la libertad de prensa en particular está también establecida en varios de los tratados internacionales a los que se les ha dado rango institucional. Sintéticamente he querido contextualizar con esta introducción que aparece en cualquier texto de Educación o Instrucción Cívica de los programas de estudios del Nivel Medio o secundario de la República Argentina para graficar la situación que padece un medio de comunicación independiente (Radio FM Arco Iris) de Loncopué, en la provincia del Neuquén, por ser la voz de la resistencia de los vecinos autoconvocados que rechazan la explotación minera a cielo abierto con utilización de sustancias tóxicas para la lixiviación de los minerales (ácido sulfúrico y cianuro, entre otros). Desde que se supo que una minera de capitales del Estado chino (Emprendimientos Mineros) desembarcaría en territorio de la Comunidad Mellao Morales de Campana Mahuida para explotar un riquísimo yacimiento de cobre vendido por el Estado provincial neuquino (Cormine) por la irrisoria suma de un millón de dólares, vecinos y quienes se han opuesto y resistido a esta política entreguista de nuestros recursos naturales han sufrido agresiones verbales y físicas, persecuciones, descalificaciones personales, daños y pérdidas materiales, amenazas... y hasta una muerte que dejó muchas dudas. Un capítulo aparte merece lo sucedido a la emisora en cuestión. Desde la constitución y organización de los Autoconvocados de Loncopué la FM Arco Iris fijó una postura incondicional en defensa de nuestros recursos naturales y del medio ambiente. Tanto es así que cedió de manera gratuita un espacio los sábados para quienes quisieran expresar sus puntos de vista en relación con este proyecto minero. Desde entonces casi sistemáticamente la emisora ha sido blanco de atentados (sin contar que con anterioridad fue objeto del robo de todos sus equipos de transmisión) como la destrucción de las riendas que sostienen la antena, el corte y la posterior sustracción del cable coaxial, la destrucción de llaves térmicas y la intimación del EPEN para que retirara la antena de un campo privado propiedad de “La Nueva Aurora SA”, cuya titularidad se adjudica María Eugenia Crexell Rosasco de Sapag, esposa de Carlos “Nuno” Sapag, hermano del actual gobernador, dueño también de CN Sapag, empresa vial y constructora, principal accionista de la empresa familiar minera Ámbar, y dueño además de la Estancia “3 de Fierro” en proximidades de El Huecú, entre otras. Hay que agregar la sumisión y obediencia al poder político y familiar por parte del Concejo Deliberante y el intendente de Loncopué al derogar en tiempos de “feria legislativa” y en tiempo récord (21 de enero) la ordenanza que autorizaba la instalación de la antena de FM Arco Iris desde 1998... lo llamativo del hecho es que en el mismo predio hay otras antenas, como la de la Radio Municipal y otra de internet de una empresa privada y una cisterna también municipal. ¿Casualidad, persecución, censura, influencias del poder político de la familia del gobernador? Hacemos pública esta arbitrariedad y persecución ideológica a un medio de comunicación independiente y repudiamos y rechazamos la derogación de la ordenanza municipal 914/10 del Concejo de Loncopué, además de solicitar solidariamente a todas las organizaciones sociales y políticas que se expidan frente a este hecho que lesiona la libertad de expresión y pensamiento en un Estado democrático. P/Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Loncopué (AVAL), Carlos Camargo, DNI 12.314.672
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