Ingresos reducidos, cambio de conducta en niños y depresión en adolescentes: los impactos de la pandemia y la cuarentena según Unicef

Unicef presentó hoy la encuesta sobre el Impacto de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana. Y hay algunos datos preocupantes. Con los relajamientos de la cuarentena algunos indicadores mejoraron respecto de abril, pero el porcentaje de los hogares con ingresos reducidos sigue siendo alto, los niveles de endeudamiento también, y la enorme mayoría considera que puede comprar menos cosas que hace un año. El impacto sobre niños, niñas y adolescentes también continúa elevado: alteración en alimentación, sueño, y aumento de depresión y angustia en los adolescentes, que también se vuelcan tempranamente al mercado de trabajo para contribuir con los hogares.

La presentación, de la que participó Río Negro, estuvo a cargo de Luisa Brumana, representante de Unicef Argentina; Sebastián Waisgrais, especialista en inclusión social de Unicef, y Cora Steinberg, especialista en educación. El relevamiento se llevó a cabo entre octubre y noviembre pasados.

Según el trabajo de Unicef, en abril el 60% de los hogares vieron su ingresos laborales reducidos. Hoy aún es el 41%, 2,1 millones de hogares donde residen niños, niñas y adolescentes.  El nivel hogares con ingresos reducidos se incrementa al 53% en los destinatarios de AUH.

El panorama es bastante parejo en las distintas regiones: en la Patagonia el porcentaje de hogares con reducción de ingresos laborales es 42%. Alrededor del 70% de esos hogares indican que perdieron la mitad o más de sus ingresos. Tomando personas, la caída del empleo se ubica en torno al 12%. Casi un millón de trabajadores que perdieron sus puestos de trabajo, respecto de marzo.

Respecto al endeudamiento en hogares se registra una caída respecto de julio, que se explicaría en un punto por la extensión de la suspensión del cobro de préstamos de Anses hasta diciembre. El 21% de los hogares tienen al menos una deuda, porcentaje que sube a 24% entre hogares que reciben AUH. El 36% es para pagar alimentos. Dentro de este 21%, sin embargo, el 42% definen su deuda como elevada, como un elemento de presión a la economía del hogar: en el NOA aumenta al 52%

Por otra parte, el 96% de los hogares afirma que no puede comprar las mismas cosas que hace un año. Según Waisgrais, tiene que ver con el poder adquisitivo, el proceso de aumento de precios en la canasta básica, por arriba del promedio del IPC registrado en el último período. Otro dato preocupante es que el porcentaje de hogares que tienen que dejar de comprar algún alimento por falta de dinero se mantuvo estable desde abril en niveles del 28%. Eso incide fundamentalmente sobre la pobreza extrema.

Impacto en infancia

El impacto de la pandemia y las medidas gubernamentales sigue siento alto en niños de hasta 6 años: alteración con la comida en torno al 43%, tanto por exceso o por déficit. Alteraciones en el sueño, niños que se despiertan, se hacen pis, pesadillas, sigue en 42%. En abril era 48% y 46% respectivamente.

De cara a la campaña de vacunación que se plantea para el año que viene hay una perspectiva a tener en cuenta, en lo que refiere a los hogares que no han podido mantener los controles de salud y vacunación: desde el inicio de las medidas de aislamiento en marzo, el 42% no ha podido mantener los controles de salud y el 20% los controles de vacunación.

En lo que refiere a educación y las clases a distancia: al 58% de los niños se les complica mantener la atención. El 26% no pudo avanzar en el aprendizaje. Algunas marcas de desigualdad de género: en el 85% de los casos las madres son las que ayudan con la realización de las tareas, apenas 24% de los padres.

Entre los adolescentes, el 81% encontró desafíos en torno al aprendizaje. Mejora la situación del miedo:  cayó del 23% al 14% los adolescentes asustados. Pero aumenta de forma significativa los deprimidos, del 6% al 12%, y angustiados del 16 al 24%.

El 16% de los adolescentes realiza algún tipo de trabajo en el mercado: según la encuesta de Unicef, el 46% no la realizaba antes de la cuarentena. Necesidad de aportar en medio de la pérdida de ingresos.