Inicio de la temporada de Armonicus 26-4-03

La función tendrá lugar hoy, a las 21, en el aula magna de Universidad Nacional del Comahue. NEUQUEN (AN).- Gustav Mahler, Wolfang Amadeus Mozart y Johannes Brahms «representan tres estilos muy diferentes por eso se eligieron para el concierto de esta noche. Las obras de Mozart y Brahms especialmente, son verdaderos baluartes del repertorio. Siempre representan un desafío acercarse a ellas una y otra vez». El eximio violoncellista Pablo Bercellini, definía con este concepto la elección del programa con que se dejará inaugurada la «Décima Temporada Anual» de Armonicus. Con la actuación del cuarteto Universidad Católica Argentina (UCA)se inician los conciertos de la Asociación Musical del Comahue de Neuquén. La función tendrá lugar hoy, a las 21, en el aula magna de Universidad Nacional del Comahue, Buenos Aires 1400. Los abonos y entradas pueden ser comprados en el local de Todomúsica. Las temporadas son auspiciadas por el diario «Río Negro», empresas de la región y el Mozarteum Argentino. Se integra el grupo por Antonio Formaro en piano, Humberto Ridolfi en violín, Elisabeth Ridolfi en viola y Pablo Bercellini en violoncello. El Cuarteto UCA se ha constituido en 1999 como grupo residente de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la Universidad Católica Argentina con el objetivo de incursionar en un sector de la música de cámara para piano y cuerdas relativamente poco divulgado, pero vasto, por la enorme producción de grandes compositores y rico en obras. Todos son talentosos músicos. En el caso de Belcinelli ha sido becado por una fundación alemana para concurrir al festival de verano en ese país. Participará de una orquesta juvenil mundial, en la que durante julio y agosto de este año realizará una intensísima labor orquestal y de cámara, con directores y solistas de primer nivel internacional, además de giras y conciertos por Europa. Habló con Río Negro. – ¿El éxito que tiene el cuarteto dentro y fuera de Argentina, significa un reconocimiento a los músicos jóvenes del país? – Sí. Al esfuerzo y a la capacidad que los músicos argentinos demuestran al alcanzar un alto nivel artístico dentro de un medio no siempre favorable para su desarrollo. Además demuestra el gusto del público por el enfoque interpretativo con influencias eclécticas que por razones culturales se nuclean en ciudades como Buenos Aires. – ¿Todas las universidades deberían tomar el ejemplo de la UCA y solventar agrupaciones de música de cámara? – Es muy difícil, ya que las universidades poseen pocos recursos como para utilizar la palabra «solventar». – Por ejemplo, la UCA ¿qué les proporciona? – Su espacio institucional, apoyo logístico y material musical, y nosotros somos un grupo residente. Igualmente, hemos contado con su ayuda en varios proyectos. En ese sentido, las universidades manifiestan su presencia en el campo cultural.

El programa del concierto El cuarteto visitante es reconocido en nuestro país y se presentó con singular éxito en Europa en agosto de 2000 en las ciudades de Hannover (Alemania) y Siena (Italia). En julio y agosto de 2001 actuaron en Apeldoorn (Holanda); Siena y Todi (Italia) y Londres, con una gran repercusión. Esta noche, el público escuchará de Gustav Mahler (1860-1911) «Cuarteto para piano y cuerdas en la menor». De esta obra se conserva solamente el primer movimiento «Nichtzu schnell» (no demasiado rápido). Es una pieza juvenil de Mahler en la que son notorias las influencias de Schubert, Schumann y Brahms. También habrá una sección dedicada a Wolfang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1756; Viena, 1791). Se encarará el Cuarteto para piano y cuerdas (K. 478) en sol menor. Mozart compuso dos cuartetos con piano en un período de plena madurez alrededor de 1784, luego de «El rapto en el serallo» y antes de «Las bodas de Fígaro». Por último se escuchará de Johannes Brahms (1833-1897) el Cuarteto para piano y cuerdas en do menor, Op 60. Este compositor escribió tres cuartetos para piano y cuerdas: los dos primeros en su juventud, y el presente cuarteto fue escrito entre 1874 y 1875, y es anterior a las grandes obras sinfónicas de la plena madurez, preparadas en cierto sentido, a través de una larga y severa práctica impuesta al compositor por su propia innata prudencia.