Inquietante radiografía educativa

Uno de los estudios más completos sobre el sistema argentino revela un gran deterioro de la calidad de enseñanza y fuertes desigualdades sociales y regionales.

Redacción

Por Redacción

Las fundaciones Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), Arcor y Noble acaban de publicar “Radiografía de la educación argentina”, sin duda el mayor aporte que, destinado a diagnosticar la situación del país en ese campo, se ha formulado al menos en la última década.

Liderado por Axel Rivas, director del Programa de Educación de Cippec, con quien colaboraron Alejandro Vera y Pablo Bezem, el trabajo es una minuciosa exploración sobre el pasado y el presente del funcionamiento de nuestro sistema educativo, denunciando a través de sus datos mucho de la decadencia que lo define y que se proyecta sobre el futuro de millones de seres.

“Una radiografía es –se señala en la introducción del trabajo–, según el diccionario de la Real Academia Española, un ‘procedimiento para hacer fotografías al interior de un cuerpo, por medio de los rayos X’.

”Nuestro cuerpo es el sistema educativo, nuestras fotografías son datos sistematizados y cuidadosamente analizados antes de ser dispuestos como ‘imágenes’. Se trata, por lo tanto, de un recorte muy explícito del diagnóstico educativo, que se reduce a aquello que los datos pueden decirnos o sugerirnos”.

Queda claro además en la introducción al trabajo que éste no avanza sobre todas las temáticas que hacen al sistema educativo, dimensiones que sin embargo su ausencia lejos están de debilitar o generar déficit a la calidad de la radiografía que se despliega.

“Debates” publica sólo una parte de esta larga exploración, la que hace al declive de la calidad educativa en Argentina. Suma, además, una nota de Axel Rivas sobre un tema complejo que hace al funcionamiento del sistema: la injusticia que define al federalismo argentino a la hora de distribución de recursos, en este caso, para educación.

(Continúa en página 24)

Carlos Torrengo

carlostorrengo@hotmail.com

(Viene de página 23)

* Las tendencias de las últimas tres décadas, de expansión de la escolarización en paralelo al aumento de las desigualdades y de la pobreza, son condicionantes de la calidad educativa. A esto se suma el proceso de transformación cultural con la aparición de nuevos medios masivos y tecnologías de la información, que a nivel global han tendido a opacar el rol de la educación formal como transmisora central de la cultura.

* En los últimos 20 años se ha potenciado el concepto estelar de la calidad educativa como forma de resumir logros de aprendizaje de los alumnos. La multiplicación de evaluaciones estandarizadas internacionales, nacionales y provinciales da cuenta de ello. Es un ejemplo de los efectos que pueden tener los datos estadísticos en el análisis de la educación.

* En esta investigación, los datos de las evaluaciones de la calidad se utilizan considerando ciertas advertencias. En primer lugar, la mirada sobre la calidad educativa no puede formularse de manera neutra y asociológica. Los contenidos y las formas de adquisición de los aprendizajes son parte de un debate social y político constante, no reductible en muchos sentidos a evaluaciones estandarizadas. En segundo lugar, las evaluaciones son sólo recortes muy específicos de los aprendizajes, que no reflejan la diversidad de situaciones que ocurren en las aulas. Hechas estas advertencias, se señalan las siguientes lecciones que pueden extraerse de los datos disponibles de las distintas evaluaciones de la calidad. Aun considerando las advertencias políticas y metodológicas, los resultados de las evaluaciones constituyen indicadores que no pueden ser ignorados para diagnosticar el estado de la educación, si bien no deben ser magnificados ni sacralizados.

• Comenzando por la comparación internacional, la evaluación más rigurosa y reconocida es la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), implementada por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en escuelas secundarias con alumnos de 15 años. El gráfico 1 muestra los resultados del 2006 en todas las áreas evaluadas (ciencia, lectura y matemáticas) de una serie de países participantes, entre ellos todos los representantes de América Latina. Allí se observa que Argentina tiene resultados de calidad muy por debajo del promedio de los países desarrollados de la OCDE. E incluso claramente por debajo de Chile y Uruguay, ubicándose en un escalón similar al de Brasil y Colombia.

• A su vez, el gráfico 1 muestra la varianza de los resultados por escuelas, un claro indicador de las desigualdades de calidad, que en Argentina son muy altas: casi se duplica el promedio de la OCDE e, inclusive, el país se sitúa muy por encima del resto de sus pares de América Latina (con la excepción de Chile, que también tiene alta desigualdad). Esto indica un doble diagnóstico crítico: bajos resultados y altamente desiguales. Aquí es necesario mirar la tendencia 2 para comprender algunos de los factores históricos explicativos de esta situación.

• En cuanto a la evolución de los resultados, el gráfico 2 es alarmante. En la comparación de todos los países (836 en total) que participaron de las pruebas PISA en el 2000 y el 2006, la Argentina fue el que más descendió en sus resultados de aprendizaje en comprensión lectora, con una caída del 11%. Cabe contextualizar que en ese período la Argentina vivió la peor crisis social de su historia, lo cual no deja de abrir interrogantes sobre su impacto en los aprendizajes de los alumnos.

• También destaca que Chile haya sido el país que fue en la vía inversa en este período, ya que de los 36 países participantes de la evaluaciones del 2000 y el 2006 fue el que más incrementó sus rendimientos. Esta situación puede tener distintas explicaciones, algunas vinculadas con una mayor cultura de la evaluación allí y otras ligadas con políticas recientes y el aumento del financiamiento educativo en el país vecino.

• La misma crítica de los resultados de calidad de la Argentina puede hallarse en otra evaluación internacional, aplicada exclusivamente en el Nivel Primario en países latinoamericanos por el Laboratorio Latinoamericano de Calidad Educativa (Llece) de la Unesco. En este caso, los resultados no son estrictamente comparables entre el primer año de la medición (Perce, 1996) y el segundo (Serce, 2006), dados ciertos cambios metodológicos. Sin embargo, en la comparación con otros países se observa que la Argentina pasa de integrar el segundo bloque de países en 1996, detrás de Cuba, al tercer bloque en el 2206, por debajo de Costa Rica, Chile, México y Uruguay (gráfico 3).

• Los resultados señalan que la Argentina ha pasado a ocupar un lugar promedio en América Latina en sus resultados de aprendizaje. A su vez, Cuba sigue siendo el país de la región que por lejos alcanza mejores y más equitativos logros de calidad educativa, un caso interesante de estudio dado que expresa la profunda relación que existe entre el régimen político y los resultados educativos, entre otros factores de análisis.

• En el plano nacional las evaluaciones de la calidad surgen con la ley Federal de Educación de 1993. El Operativo Nacional de Evaluación (ONE) se implementó con numerosos cambios metodológicos y una difusión dilatada en el tiempo y a menudo difusa. Por ejemplo, no se han previsto empalmes metodológicos que permitan conocer la evolución temporal de los resultados, información vital para el diagnóstico educativo.


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