“Institucionalidad”

Quienes hemos vivido gran parte de nuestras vidas en dictaduras hoy experimentamos el valor social de la democracia representativa aunque no tengamos aún incorporada la conciencia colectiva de respeto a las instituciones del Estado y la relación con las organizaciones libres del pueblo. Lo que sucede en nuestra ciudad es muy triste. Ver los gendarmes caminando por las calles parece un mal sueño. Los gendarmes tienen la misión de cuidar las fronteras, no las ciudades. ¿Por qué nos sucede esto? No voy a analizar los hechos de los últimos días en mi ciudad, que son de carácter público y están en el ámbito de la Justicia. Lo que me preocupa como ciudadana barilochense es la desaparición de las fronteras municipales en esta situación de hecho que se asemeja a una intervención en nuestra ciudad realizada desde diversos niveles de funcionarios, algo que a los barilochenses nos recuerda lo sufrido en otras oportunidades lamentables. Tenemos un intendente elegido democráticamente en doble proceso electoral, por lo tanto, nos guste o no su gestión, debe finalizar su mandato, como corresponde. Es preocupante que en la ciudad con el mayor número de habitantes de la provincia se arroguen derechos de intervención los estamentos provinciales o nacionales, ya que esa práctica social autoritaria podría repetirse y multiplicarse con puebladas organizadas discrecionalmente frente al descontento en cada municipio. Reitero que quienes crecimos en dictaduras y podemos comparar valoramos esta democracia imperfecta y perfectible frente al autoritarismo organizado que impedía el retorno del general Perón a la Argentina. Las actitudes golpistas responden, sin dudas, a prácticas sociales muy internalizadas entre los ciudadanos más viejos, pero los más jóvenes tienen que valorar esta posibilidad de elegir directamente a los representantes, que es una práctica social bastante novedosa para los argentinos. En este sentido, rescato las posiciones asumidas por dos mujeres políticas barilochenses: la exintendenta María del Rosario Severino de Costa y la actual diputada nacional Silvina García Larraburu, quienes han salido a defender la democracia representativa del municipio frente a los embates de funcionarios de otros municipios o de otros niveles gubernamentales que, probablemente confundidos, han intentando decidir por nosotros, los ciudadanos barilochenses. Que el contador Omar Goye se haya resistido a las presiones destituyentes es un presagio auspicioso de salida institucional en este aprendizaje democrático que tanto nos cuesta a los argentinos. Dora Riestra, DNI 5.269.229 Bariloche

Dora Riestra, DNI 5.269.229 Bariloche


Quienes hemos vivido gran parte de nuestras vidas en dictaduras hoy experimentamos el valor social de la democracia representativa aunque no tengamos aún incorporada la conciencia colectiva de respeto a las instituciones del Estado y la relación con las organizaciones libres del pueblo. Lo que sucede en nuestra ciudad es muy triste. Ver los gendarmes caminando por las calles parece un mal sueño. Los gendarmes tienen la misión de cuidar las fronteras, no las ciudades. ¿Por qué nos sucede esto? No voy a analizar los hechos de los últimos días en mi ciudad, que son de carácter público y están en el ámbito de la Justicia. Lo que me preocupa como ciudadana barilochense es la desaparición de las fronteras municipales en esta situación de hecho que se asemeja a una intervención en nuestra ciudad realizada desde diversos niveles de funcionarios, algo que a los barilochenses nos recuerda lo sufrido en otras oportunidades lamentables. Tenemos un intendente elegido democráticamente en doble proceso electoral, por lo tanto, nos guste o no su gestión, debe finalizar su mandato, como corresponde. Es preocupante que en la ciudad con el mayor número de habitantes de la provincia se arroguen derechos de intervención los estamentos provinciales o nacionales, ya que esa práctica social autoritaria podría repetirse y multiplicarse con puebladas organizadas discrecionalmente frente al descontento en cada municipio. Reitero que quienes crecimos en dictaduras y podemos comparar valoramos esta democracia imperfecta y perfectible frente al autoritarismo organizado que impedía el retorno del general Perón a la Argentina. Las actitudes golpistas responden, sin dudas, a prácticas sociales muy internalizadas entre los ciudadanos más viejos, pero los más jóvenes tienen que valorar esta posibilidad de elegir directamente a los representantes, que es una práctica social bastante novedosa para los argentinos. En este sentido, rescato las posiciones asumidas por dos mujeres políticas barilochenses: la exintendenta María del Rosario Severino de Costa y la actual diputada nacional Silvina García Larraburu, quienes han salido a defender la democracia representativa del municipio frente a los embates de funcionarios de otros municipios o de otros niveles gubernamentales que, probablemente confundidos, han intentando decidir por nosotros, los ciudadanos barilochenses. Que el contador Omar Goye se haya resistido a las presiones destituyentes es un presagio auspicioso de salida institucional en este aprendizaje democrático que tanto nos cuesta a los argentinos. Dora Riestra, DNI 5.269.229 Bariloche

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