Instituciones en retirada

En los últimos años, varias fueron las instituciones académicas y científicas dispuestas a colaborar con el Museo pero, por desacuerdos, fueron apartándose. “Hoy al Museo no quiere entrar ningún paleontólogo”, manifestó Jorge Nori, quien participó de la gestión en sus inicios y, tras quedar en minoría en el Consejo Directivo, se resignó a una realidad que “no encontré el modo de cambiar”. Entre las entidades que ya no están trabajando con el Museo se cuentan la Red Pangea de Museos de Italia, la Universidad Maimónides, la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Río Negro. “Pusimos bastante dinero para convertir lo que era un espacio vacío en dos aulas, una para 70 estudiantes. Hubo que hacer cielorraso, conexiones de aire acondicionado, iluminación…”, afirma Eduardo Mutchinick, de la UNRN. “Se constituyó un flujo de estudiantes, docentes, investigadores y gente interesada en estos temas y generamos dos encuentros internacionales en el Museo. Pero era luchar contra la corriente porque (los directivos) ponían palos y piedras en el camino. Por un lado, querían que estuviéramos porque pagábamos 10.000 pesos por mes pero, por otro, creo que molestábamos porque hacíamos notar la falta de capacitación”, afirmó uno de los docentes consultado, que prefirió que su nombre no fuera divulgado. La UNRN mudó sus carreras a otros edificios y vio frustrada su intención de instalar en el Museo su laboratorio para el estudio de fósiles. “Tenemos equipos para hacer cortes delgados de rocas y análisis de rocas, y no tenemos un lugar donde armar ese laboratorio. Habíamos empezado a fortalecer el protolaboratorio del Museo, compramos un compresor para el equipo para preparar los fósiles. Pero cuando vimos que era imposible llegar a acuerdos, abandonamos el proyecto y el material que habíamos aportado. Ahora la Provincia nos cedió el edificio ubicado al lado del Museo –donde funcionaban organismos judiciales– y lo vamos a montar ahí, pero sin vinculación con ellos”. Tampoco están más en relación con el Museo los científicos italianos de la Red Pangea que, según se conoció, buscan otra entidad local que pueda actuar como contraparte para el estudio de los yacimientos en el Valle de los Titanos. En cuanto a las universidades Maimónides y de Buenos Aires, las diferencias serían respecto de investigadores que vinieron a la región para estudiar fósiles, pero no pudieron acceder a ellos por negativa de los directivos de la Fundación. “En museos más pequeños, como el de Lamarque, reciben a científicos extranjeros, y ellos publican trabajos en revistas científicas con sus estudios sobre esos fósiles. Al museo de Roca no quiere entrar ningún paleontólogo”.


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