Insultos a Soria en el juicio por asesinatos de Kosteki y Santillán

Actualizado a las 20:35

El ex jefe de la SIDE durante el gobierno de Duhalde y actual intendente de Roca fue duramente insultado hoy en la audiencia por los asesinatos de Kosteki y Santillán.

«Basura y mentiroso», fue uno de los insultos que recibió Carlos Soria por sus dichos sobre «radicalización de la violencia» en los días en que sucedió la masacre de Avellaneda.

El ex funcionario del gobierno de Duhalde declaró en el tribunal oral número 7 integrado por los jueces Elena López Moyano, Roberto Lugones y Jorge Roldán. El Tribunal, antes de iniciar la audiencia, recibió copias de los decretos del Poder Ejecutivo por los cuales el presidente Néstor Kirchner relevaba de la obligación de guardar secreto sobre sus actividades tanto a Soria como a su ex segundo, Rodríguez.

Los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki fueron asesinados el 26 de junio de 2002 durante una represión policial en el puente de Avellaneda. En ese momento Eduardo Duhalde era presidente y Carlos Soria su secretario de la Agencia de Iinteligencia del Estado (SIDE).

Durante la audiencia de hoy, el ex jefe de los espías Soria fue insultado por Vanina Kosteki, hermana de uno de los piqueteros muertos, que lo trató de «basura y mentiroso», luego de que el actual intendente de la ciudad rionegrina de General Roca dijo que entre los manifestantes había grupos radicalizados. «Por mi experiencia, entiendo que (en esos días) se estaba radicalizando la protesta cada vez más y se estaba integrando el reclamo social, lo que se constituía como un peligro a futuro», aseguró Soria ante el Tribunal Oral N° 7.

Durante la audiencia de hoy, el ex jefe de los espías Soria fue insultado por Vanina Kosteki, hermana de uno de los piqueteros muertos, que lo trató de «basura y mentiroso», luego de que el actual intendente de la ciudad rionegrina de General Roca dijo que entre los manifestantes había grupos radicalizados. «Por mi experiencia, entiendo que (en esos días) se estaba radicalizando la protesta cada vez más y se estaba integrando el reclamo social, lo que se constituía como un peligro a futuro», aseguró Soria ante el Tribunal Oral N° 7.

Durante la decimoctava jornada, que se inició cerca de las 11 y finalizó a las 18, se observó una diferencia de criterios entre Genoud y Soria, cuando se refirieron a las declaraciones realizadas desde el gobierno nacional, días antes de los incidentes. El actual magistrado de la Corte Suprema de Justicia bonaerense Genoud explicó que las expresiones realizadas por el entonces jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, «eran una suerte de plantarse frente a la protesta social a manera de confrontación: una provocación».

Durante la decimoctava jornada, que se inició cerca de las 11 y finalizó a las 18, se observó una diferencia de criterios entre Genoud y Soria, cuando se refirieron a las declaraciones realizadas desde el gobierno nacional, días antes de los incidentes. El actual magistrado de la Corte Suprema de Justicia bonaerense Genoud explicó que las expresiones realizadas por el entonces jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, «eran una suerte de plantarse frente a la protesta social a manera de confrontación: una provocación».

«Para el 26 de junio del 2002 se dio una situación especial por las declaraciones del gobierno nacional, que incorpora ingredientes diferentes de las manifestaciones anteriores», aseguró esta tarde Genoud, ante el Tribunal lomense. Pero Soria aseguró que Atanasof compartía la misma decisión que el presidente Eduardo Duhalde, sobre que no había que criminalizar la protesta social. La jornada de audiencias, que será retomada el próximo lunes a las 9, contó además con las declaraciones de Giacomino y Beltritti, ex jefes de Policía Federal y Prefectura.

«Para el 26 de junio del 2002 se dio una situación especial por las declaraciones del gobierno nacional, que incorpora ingredientes diferentes de las manifestaciones anteriores», aseguró esta tarde Genoud, ante el Tribunal lomense. Pero Soria aseguró que Atanasof compartía la misma decisión que el presidente Eduardo Duhalde, sobre que no había que criminalizar la protesta social. La jornada de audiencias, que será retomada el próximo lunes a las 9, contó además con las declaraciones de Giacomino y Beltritti, ex jefes de Policía Federal y Prefectura.

Giacomino aseguró que durante el 26 de junio de 2002 la «función de los efectivos policiales de la Federal se limitó al área de la Capital», mientras que Beltritti se limitó a señalar que personal de Prefectura interactuaba con efectivos de otras fuerzas, para coordinar el operativo de seguridad.

Giacomino aseguró que durante el 26 de junio de 2002 la «función de los efectivos policiales de la Federal se limitó al área de la Capital», mientras que Beltritti se limitó a señalar que personal de Prefectura interactuaba con efectivos de otras fuerzas, para coordinar el operativo de seguridad.

El ministro del Interior no declaró

El ministro del Interior, Aníbal Fernández no se presentó a declarar hoy en la 18° jornada en los Tribunales de Lomas de Zamora, donde se sigue el juicio por el asesinato de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.

En cambio, el ex ministro de Seguridad bonaerense Luis Genoud, los ex titulares de la Policía Federal, Roberto Giacomino, y de Prefectura Naval, Juan José Beltritti, entre otros, sí declararon hoy ante el Tribunal Oral N° 7 lomense, aunque se desvincularon de los hechos de la denominada «Masacre de Avellaneda».

El titular de la cartera política no se presentó esta mañana en los tribunales bonaerenses, como estaba previsto, pidió una prórroga para concretar su declaración y manifestó al juez «su disposición» a colaborar en el juicio, aunque solicitó que se fije «una nueva fecha», por «problemas de agenda». Voceros de Fernández señalaron a DyN que durante el transcurso de esta semana o principio de la otra quedará establecida la nueva fecha de la declaración, aunque anticiparon que el ministro remarcará que se encontraba de gira en el exterior cuando se produjeron los acontecimientos.

Fernández se desempeñaba como secretario General de la Presidencia del gobierno de Eduardo Duhalde cuando se produjo el asesinato de los piqueteros Santillán y Kosteki, el 26 de junio del 2002, durante la represión policial de una protesta en el puente Avellaneda.