Intensa búsqueda de los «asesinos del Chevy verde»

BUENOS AIRES (DyN).- Con el aporte de un testigo clave, los investigadores pudieron confeccionar el identikit del presunto asesino de Erica Giménez, la chica de 13 años que murió de un balazo en la madrugada del sábado cuando salía de un baile, mientras desde la familia y la Justicia se pidió ayuda a la población para encontrar el Chevy verde en el que se movían los sospechosos.

En la zona de Pilar hay una asociación de los dueños de esos autos -el «Club Chevrolet del Pilar»- que suelen reunirse periódicamente. Pero fuentes del caso descartaron que los asesinos puedan estar vinculados a esa entidad, porque el vehículo desde donde salió el ataque estaba «descuidado, con la pintura saltada».

Mientras tanto, en medio de un profundo dolor, los restos de la adolescente fueron inhumados ayer a la mañana en un cementerio de Escobar. Familiares, amigos y compañeros de estudios lloraron la pérdida de Erica y exigieron la rápida detención de los criminales. «Esos asesinos me arruinaron la vida: le hubiera pedido a Dios que la bala me matara a mí, con tal de que ella estuviera viva», dijo desconsolado el papá de la nena, que fue testigo del homicidio ya que iba con ella a la salida del baile.

El crimen de Erica Giménez sacudió la tranquilidad de la localidad de Matheu, en el partido de Escobar, en la madrugada del sábado, cuando la chica salía de su primer baile en una sociedad de fomento donde se hacía una fiesta para recaudar fondos destinados a ayudar a una escuela del barrio.

La mamá de Erica no quería que la nena fuera a bailar, pero la chica la convenció con la ayuda de su padre, que -como garantía- la acompañó a la fiesta. A la salida, Erica, su papá y un grupo de amigos caminaban sobre la ruta 25 y al llegar a la avenida Colón un auto Chevy de color verde -sería cuatro puertas- pasó a alta velocidad, sin respetar la luz roja. Según relató Roberto Giménez, padre de Erica, fue entonces que unos chicos que iban detrás de ellos le tiraron un encendedor al parabrisas del Chevy e, imprevistamente, el auto -que iba en dirección a Pilar- dobló en «U» y retrocedió a contramano.

«Nosotros quedamos a diez metros y del lado izquierdo de donde pasó el auto, y empezaron a disparar», dijo Giménez. En ese instante, añadió, vio que su hija, que caminaba a su lado, caía al suelo con una herida de bala en la frente, sobre la ceja izquierda. También cayó Daniela Videla, de 17 años, con una herida de bala en la pierna. El Chevy aceleró se perdió de vista, pese a que el padre y algunos de los chicos intentaron perseguirlo.

Erica estuvo en coma profundo durante 15 horas hasta que, con su muerte cerebral, los padres decidieron donar sus órganos. Hasta ahora, no hay precisiones sobre quiénes fueron los agresores, pero los investigadores terminaron de configurar un identikit del acompañante del conductor que fue el encargado de disparar la pistola calibre 22 que mató a la nena.

Así lo indicaron fuentes del caso que precisaron que, con la descripción de un testigo, se pudo recrear un dictado de rostro del acompañante del vehículo, un hombre de unos 30 ó 40 años, señalado como el responsable de los disparos. No hay datos, mientras tanto, del sujeto que manejaba el rodado, añadieron los voceros. Sobre el auto tampoco hay rastros.