Interna atípica vive el PJ rionegrino

Los tres precandidatos a gobernador mantienen un discurso ajeno a la descalificación entre sí. Cada uno se marcó un nivel de extensión de su campaña donde el "otro" no es computado. Se rompe así una vieja tradición a la hora de dirimir fuerzas en una interna, que hizo del justicialismo un escenario muy conflictivo.

Atípica.

La más atípica de todas las que se han dado a lo largo de la transición en este famélico de poder que es el peronismo rionegrino.

Así se desarrolla la interna instalada en la fuerza dirigida a elegir candidato a gobernador y primer diputado nacional.

Se vota el 17 en elecciones abiertas y sobre un padrón que supera los 40.000 afiliados.

El rasgo más elocuente de la atipicidad de este proceso electoral es la ausencia de colisiones entre los tres candidatos: Carlos Larreguy, Carlos Soria y Juan Carlos Del Bello.

Cada uno desarrolla su discurso sin referencias al «otro».

Todo un proceso significativamente carente de procedimientos, estilos y formas que para relacionarse entre los candidatos, dañaron elocuentemente la imagen del peronismo a través de los años.

Así, hoy nadie bate el descalificativo y la acusación contra el adversario, que es tomado más como una instancia circunstancial, que como algo que hay que excluir sin más.

-Este es un dato que expresa la madurez del partido y su dirigencia tras tantos años de degradante internismo- sostiene Del Bello.

Soria coincide con esta apreciación. Pero suma una reflexión:

-Acá no se están jugando proyectos personales… no es una interna presionada por la búsqueda de destinos manifiestos o bajo coacción de protagonismos que intentan ser únicos. Aquí lo que importa es el retorno del peronismo al poder- sostiene.

Más simple pero no menos cierto es el punto de vista de Larreguy:

-Cada candidato está en la suya, como corresponde. Todos nos sentimos ganadores. ¿Para qué nos vamos a atacar?- precisa.

La ausencia de las por momentos devastadoras estocadas que en el pasado de dispensaban candidatos del PJ, le pone un tono monocorde a la actual campaña.

Nadie se sale de su carril.

Del Bello, por caso, confía en que la solidez de su discurso en materia de propuestas, le puede garantizar inserción más allá de los límites del partido. O sea, los independientes.

Las respuestas positivas que logran algunas de sus propuestas -crear la universidad de Río Negro, por sólo dar un caso-, lo convencen de estar en el curso correcto.

Larreguy, por su parte, abulona sus expectativas a partir de tener en el peronismo una imagen dosificadamente cuestionada.

Donde está, es por una única razón: haber sido durante años un incondicional de Remo Costanzo en decisiones que mellaron en su momento el poder del peronismo.

Soria, en tanto, define su trayecto con total desprendimiento de intelectualizaciones complejas y absoluta prescindencia de aquello que no le dicte su propia experiencia política.

Está persuadido de que a lo largo de cuatro meses de sistemática campaña, cuenta con el respaldo de lo esencial de la «trama» social del PJ: los sectores más humildes.

De ahí en más, sólo ha buscado referenciarse ante factores de poder: entidades intermedias, colegios profesionales, cámaras empresarias y el sector servicios en manos del Estado: Salud, Seguridad y Educación.

Y siempre desde el discurso, los tres candidatos están alentados por motivaciones distintas.

Del Bello se identifica con la idea de cambio muy decisivo para el manejo del aparato de Estado en relación con los radicales.

Soria no desdeña este paradigma. Sin embargo su identificación transita más con cierta idea de continuidad de realizaciones que puso en marcha -especialmente en salud- el inconcluso gobierno del último mandatario peronista que tuvo la provincia: Mario Franco.

Larreguy no se detiene en elucubraciones muy densas. En ese camino machaca -por ejemplo- con hacer del municipio un ente a jugar un rol decisivo para recuperar un manejo eficiente del conjunto del aparato de Estado.

Un aparato muy esquivo a las manos de este PJ.

Lamentable

Juan Carlos Del Bello quería debatir públicamente con sus adversarios de la interna del PJ.

Pero se quedó con dos sillas vacías.

Carlos Soria no aceptó. Carlos Larreguy no se definió tajantemente, pero se sabe que también tiene el «no» a flor de labios.

Es una pena que ambos no se animen a recoger el guante.

Pocas cosas hacen más daño al desvencijado sistema político argentino como el no debatir ideas.

Es más, de cara a la sociedad que aspiran gobernar, con esta actitud Soria y Larreguy no le formulan ningún aporte.

Y es así porque pierden la oportunidad de promover reflexiones desde las convicciones y propuestas que mantienen como precandidatos a gobernadores.

Los rionegrinos eran merecedores de ese aporte franco y directo.

Pero no lo tendrán.

Lamentable.

Los cacos siguen visitando al peronismo de Roca

ROCA (AR).- La interna peronista de Río Negro se tensa no sólo al ritmo de su naturaleza, sino también de hechos delictivos.

A tres días de que desaparecieran dos computadoras completas, un CPU, padrones de afiliados e independientes y documentación varia, en la madrugada de ayer volvieron a robar en la oficina que el precandidato Carlos Larreguy tiene en Roca.

Esta vez se llevaron la computadora que habían colocado para reemplazar los equipos sustraídos el fin de semana en el local de Mitre 1.136. También rompieron vidrios y produjeron desmanes, alimentando las sospechas de que no se trató de un robo común.

«Persiguen el fin de inmovilizarnos antes de la interna, pero no lo conseguirán», comentó anoche Larreguy, quien exigió custodia policial permanente ante las autoridades de la Unidad Regional Segunda.

De la misma manera que el domingo, la denuncia policial fue radicada en la comisaría Tercera, que labró las primeras actuaciones e investigaciones del caso. Hasta anoche no había mayores novedades acerca de los responsables del hecho.

Teniendo en cuenta que días atrás el precandidato Juan Carlos Del Bello también sufrió un robo similar en su oficina de la avenida Roca, la dirigente Miriam Saigg opinó en declaraciones a LU18 que «no lo tomamos como un robo común, esto ya es un atentado político a once días de las elecciones internas. Esa es la connotación que le estamos dando».

«Yo no voy a nombrar específicamente a nadie, lo que pasa es que el compañero Del Bello también sufrió un atentado, no es muy difícil entonces percibir de donde pudo venir», agregó Saigg.


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