Investigan responsabilidad por accidente con caballo

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Las autoridades policiales y el juzgado de Instrucción 2, que conduce el juez Martín Lozada, continuaban ayer tratando de establecer la mecánica del accidente que se cobró la vida de una niña de 5 años y la identidad del propietario del caballo que provocó la tragedia en la Ruta 40, a 11 kilómetros de la ciudad, en la zona de Las Chacras. El hecho se produjo cuando una camioneta embistió a un caballo que invadió la ruta, se desvió hacia el carril contrario y chocó de frente contra el auto que manejaba la madre de la menor. La niña murió en forma instantánea por la fractura de la base del cráneo que le provocó el “efecto látigo” derivado de la brusca detención del vehículo y la sujeción con el cinturón de seguridad. Si bien las circunstancias apuntan a un vecino del lugar, que cría caballos en un predio próximo a la ruta y al lugar del accidente, la ausencia de una marca visible en el equino habría obstaculizado hasta ayer la posibilidad de imputarlo. Mientras tanto, los expertos de Criminalística y los agentes de la Brigada Rural buscan evidencias y presumen que el animal que invadió la ruta y provocó el accidente pertenecía al propietario de una tropilla que alquila un predio y guarda caballos a pocos metros del escenario del choque. Entre 2010 y 2011 un vecino de Las Chacras que reside en el sector donde ocurrió el accidente denunció ante la delegación municipal El Cóndor la presencia de un “boyero” –cerco eléctrico para ganado– instalado sobre la banquina, para favorecer el pastaje de las tropillas de caballos y otros animales habituales en ese lugar. El vecino informó a este diario que la primera denuncia obtuvo una respuesta inmediata de las autoridades municipales que dispusieron el retiro de los animales y del cerco electrificado. Pero aclaró que pocas semanas después reapareció el boyero y los caballos pastando sobre la banquina, y aseguró que “de poco sirvieron las nuevas denuncias”. Hasta el martes se podía observar ese cerco precario instalado sobre el espacio público. Si bien no existe una norma específica que defina qué organismo tiene el poder de policía en las banquinas de las rutas nacionales, se sabe que Gendarmería Nacional debería actuar al observar caballos sueltos, y también la autoridad policial con jurisdicción en el lugar. El Municipio, por su parte, cuenta con un “recorredor” para observar el sector de rutas que transitan por el ejido municipal y prevenir esos accidentes, pero se ignora si alguna vez labraron actas a los propietarios de animales sueltos.