Invitan a bautizar 10 kilómetros de calles en Plottier

NEUQUEN

Juan Thomes

NEUQUÉN (AN).- De la mano de la efervescente aprobación de más de setenta loteos a lo largo y ancho de Plottier, un fenómeno más que curioso se gestó y aún persiste: en la ciudad hay más de diez kilómetros de calles que no tienen nombres y desde el municipio invitan a los vecinos a bautizarlas. Huérfanas de designación desde la creación del proyecto de loteo, una de cada diez calles carece de nombre y solo son identificadas por un código numérico, un sistema salido de las planimetrías catastrales, que hace prácticamente imposible recordar dónde vive alguien. En la mayoría de los loteos son muchas las familias que desde hace un tiempo viven allí y es por ello que no es extraño encontrarse con improvisados carteles callejeros que marcan cruces dignos de la batalla naval o de una cita judicial. Así es posible encontrar un cartel que dice “Cod. 4367” y otros por el estilo. “Hubo un desarrollo muy rápido de muchísimos loteos y las calles que se crearon quedaron sin nombre y la mayoría siguen sin tenerlo aún”, reconoció el intendente de Plottier, Andrés Peressini. Las estadísticas marcan que entre 2007 y 2011 fueron al menos 72 los loteos que se autorizaron en todos los rincones de una ciudad que de la mano de esos desarrollos duplicó su población en apenas una década. “Es un fenómeno que tiene que ver con el fuerte crecimiento y con el hecho de que los canales o desagües que había hicieron que no haya una continuidad de las mismas calles que parten del centro a lo largo de la ciudad, sino que son nuevas calles, muchas cortas”, detalló el jefe comunal. De los cientos de calles creadas, con el paso de los años una minoría logró ser bautizada. Casi todas de la mano de alguna familia pionera de la localidad, que solicitó recordar en una calzada a un familiar querido o a algún vecino destacado. Es por esto que desde la comuna, Peressini aconsejó a los vecinos de los nuevos barrios que se reúnan para poder elegir entre ellos los nombres a imponer a las calles en las que viven. El procedimiento parte de enviar una nota al Concejo Deliberante solicitando que se impongan los nombres elegidos. Una forma de participación que desde el municipio, se sostiene, que apunta a crear identidad entre los recién llegados.