Irak vivió el día más sangriento desde la guerra: 182 chiítas murieron en atentados

En Bagdad, tres kamikazes se inmolaron entre la multitud.

BAGDAD (DPA/AFP) – Al menos 182 personas murieron y otras 500 resultaron heridas ayer en una serie de atentados contra la comunidad musulmana chiíta cometidos casi simultáneamente en Bagdad y en la ciudad santa de Kerbala, en la serie de atentados más sangrienta en Irak desde la caída del régimen de Saddam Hussein

Los ataques con explosivos perpetrados con mortero, atacantes suicidas y bombas se produjeron el día en que millones de miembros de esa comunidad religiosa conmemoran el martirio del imán Hussein, en la fiesta de Ashura. (ver aparte)

Atacantes suicidas perpetraron lo que funcionarios estadounidenses calificaron de ataques coordinados de un adversario sofisticado.

El general Mark Kimmit, portavoz de las fuerzas de ocupación estadounidenses, consideró que la organización terrorista Al Qaeda se encuentra detrás de los atentados, mientras eran numerosos los chiítas que acusaban en Bagdad a los sunitas fundamentalistas extranjeros de ser los instigadores. El principal sospechoso es Abu Musab al Zarqaui, presunto jefe de la red de Osama ben Laden en Irak. Hasta el momento ningún grupo se adjudicó los ataques, lo que no es inusual en Irak.

En Bagdad, el ministro iraquí de Sanidad, Jodayyir Abbas, señaló que 70 personas murieron y 321 resultaron heridas en un atentado contra la mezquita que alberga el mausoleo chiíta del imán Musa al Kazem de Bagdad. «Al menos 70 personas murieron en el atentado y muchas otras resultaron heridas», dijo el ministro .

Pero era difícil dar un balance definitivo en el caos que siguió al atentado suicida múltiple Según guardias de seguridad, fue cometido por cuatro kamikazes. Uno se hizo saltar a la entrada de la mezquita, otro en el patio interior de la mezquita y los otros dos en la entrada lateral, con unos segundos de intervalo.

Otro atacante suicida acabó con la vida de otras 112 personas y dejo 235 heridos en Kerbala, ciudad sagrada para los chiítas situada al sur de Bagdad.

Según el general Kimmit, en estos ataques se utilizaron coordinadamente artefactos explosivos y obuses de mortero, además de un kamikaze. «El mando militar estadounidense estima que los ataques fueron cometidos por tres medios: un kamikaze en el centro de la ciudad, explosivos colocados a lo largo de la carretera fuera de la ciudad y teledirigidos, y obuses de mortero disparados desde el exterior de la ciudad», indicó.

«Fue un ataque muy sofisticado… muestra signos de una organización bien coordinada», dijo

En los lugares de las explosiones, las calles quedaron cubiertas de cadáveres, trozos de cuerpos y ruinas humeantes. Cuerpos sin vida fueron sacados de los lugares en carretillas.

Las personas salían huyendo presas del pánico. Las mezquitas pidieron inmediatamente dona

ciones de sangre.

Soldados estadounidenses recibieron pedradas y dispararon al aire en señal de advertencia.

Las medidas de seguridad se habían incrementado debido a que, por primera vez en tres décadas, la mayoritaria comunidad chiíta iraquí (reprimida en la dictadura de Saddam Hussein) podía celebrar la fiesta religiosa de Ashura. Un estimado de un millón de personas llegó por ese motivo a Kerbala . También en Bagdad se habían reunido decenas de miles de creyentes.

Entre las víctimas hay numerosos peregrinos iraníes.

Tras los sangrientos ataques en Kerbala fueron detenidos dos sospechosos, que al parecer tenían previsto otros ataques con granadas de mortero. En la ciudad de Basora, en el sur dominado por los chiítas, dos mujeres que portaban cinturones para realizar atentados suicidas fueron arrestadas antes de que pudieran activarlos mientras caminaban en una procesión del Ashura.

El Consejo de Gobierno provisional decretó tres días de luto nacional tras los ataques, y recibió el respaldo de EE.UU. Gran Bretaña, y la mayoría de los países de la comunidad internacional.

El presidente de turno del gremio, Mohammed Bahr al Ulum, dijo que los terroristas tenían como objetivo destruir la unidad de Irak. «Acusamos a los terroristas y malvados que obviamente buscan destruir la unidad de Irak y desestabilizar el país con crímenes sectarios», dijo.

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