Irán y Arabia Saudita compiten por el dominio de Medio Oriente
Las esperanzas de Arabia Saudita de conseguir dominar la región de Medio Oriente a nivel político y establecerse como negociador de paz están siendo desafiadas por otro poder, Irán, con el que comparte frontera.
Arabia Saudita, actualmente un jugador clave en la región, se fue involucrando gradualmente en las preocupaciones y conflictos que amenazan la estabilidad en la zona, mientras el papel de Egipto descendía en picado.
En La Meca, los sauditas consiguieron reunir a las facciones palestinas y, en marzo pasado, en la cumbre de la Liga Arabe, el reino islámico extendió, en sentido figurado, una mano al Líbano, que enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia moderna, y a Irak, enfrascado en diferencias religiosas y sectarias.
El sábado, sin embargo, los intentos de Irán por convertirse en un agente de poder en la región árabe se vieron confirmados. Durante el Foro Económico Mundial celebrado en Jordania, junto al Mar Muerto, el ministro del Exterior iraní, Manuchehr Mottaki, sostuvo que la iniciativa de paz para la región apoyada por Arabia Saudita desde hace cuatro años está destinada al fracaso.
«Pese a las buenas intenciones de algunos países y partidos por proteger los derechos de los palestinos, creemos que bien sea por los propios planes o por la postura de la otra parte, la iniciativa fracasará», dijo Mottaki. «Si hablamos en base a la realidad, no veo ninguna posibilidad».
Los comentarios, paradójicamente, se produjeron en una sesión plenaria titulada: «Estabilidad en el Amplio Cercano Oriente: ¿Quién asume el liderazgo?». La sesión reunió a los líderes de Pakistán, Afganistán, Irán, Jordania, Bahrein y Arabia Saudita. La iniciativa árabe de 2002, a la que se refirió Mottaki y en la que se centraron los participantes en la reunión, promete la total normalización de las relaciones con Israel y el reconocimiento árabe del Estado judío a cambio de una retirada de Israel de los territorios palestinos ocupados desde 1967, incluyendo Jerusalén oriental, así como de los Altos del Golán en Siria y algunos territorios en el sur del Líbano.
La propuesta también abarca medidas que garanticen el derecho a regresar a los miles de refugiados palestinos que viven actualmente en condiciones precarias en diversos países árabes. Pero, en su esencia, la iniciativa acepta la solución de los dos Estados, que Irán no tiene previsto dejar de rechazar.
Mottaki dijo que Irán tiene una propuesta mejor, un «referéndum democrático libre y limpio», en el que, en sus palabras, palestinos musulmanes, cristianos y judíos votarían y elegirían su régimen.
En una sesión vespertina titulada «Irán y la región», confirmó su postura diciendo que no está en contra de la iniciativa árabe pero que cree que no funcionará. «Cinco millones de refugiados no serán aceptados por el régimen israelí», insistió. Dijo que su país no reconoce al régimen israelí, ni lo considera legítimo o legal, pero añadió que eso no significa que Irán pretenda destruir a Israel, un aparente cambio de opinión que sorprendió a los expertos políticos el sábado, y que muy bien puede ser momentáneo con el fin de enfrentar las crecientes presiones internacionales. En el pasado, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, hizo duros comentarios sobre el Estado judío, amenazando incluso con «borrar» al país del mapa. (DPA)
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