«Irreversible daño para un gran río»

Cierta vez hicimos una de tantas excursiones de pesca a la zona de Conesa, que otrora fue un maravilloso lugar de pesca. Y digo «fue» porque hoy ya no lo es, se terminaron esas hermosas piezas que llenaban el alma de cualquier pescador de caña y reel, por supuesto, porque yo siempre fui respetuoso del río y de las leyes y formas de pesca.

Quien pesca con un trasmallo no tiene nada de deportista sino que es un depredador de los que desgraciadamente siempre hubo.

Pero aun así, el daño tremendo que se hace con una red no es nada comparado con el daño espantoso e irreversible que causan ahora unos inteligentes personajes de lo más ignorantes, brutos y criminales diría yo, porque a un río limpio de variedades de peces predadores lo han contaminado.

Pienso que como criminales deberían estar presos.

Las grandes percas o truchas criollas de más de cinco kilos, como las que hemos sacado nosotros, y los pejerreyes, que en alguna oportunidad superaron los 2,5 kilos, alegraban el corazón y el alma de quienes teníamos la suerte de pescarlos, pues eran peces muy fuertes que saltaban como si fueran una trucha arco iris, de las que también había.

De esto quedan las fotos, porque ya no existen más. Sí hay millones de carpas, peces totalmente despreciables porque se comen todo, ya sea ovas y alevines como juveniles, razón por la cual no existen otras especies pues terminaron con todo y sólo subsisten ellas.

Quizá las autoridades no tengan la más mínima idea del daño que estos brutos han hecho al sembrar carpas y arruinar la pesca de nuestro querido y fabuloso río.

Cuando era niño y mi padre me llevaba a pescar, lo hacía con la caña, un corcho y la latita de lombrices y era una felicidad, pero era una época en la que se usaba el respeto, no como ahora, cuando hay seres que se creen vivos y arruinan la riqueza de un río como éste, que jamás volverá a ser lo que fue.

De esto una muestra la tenemos en General Conesa, y cuando lo que hoy ocurre allí llegue aquí se terminará todo y por más que se quiera «no ver» la realidad está cantado que en Conesa ya no van a venir turistas a pescar los grandes pejerreyes que hasta hace poquito tiempo teníamos y eran un orgullo para cualquier rionegrino. Así son las cosas.

Yo me pregunto dónde estaban los guardafaunas… seguramente tomando mate. ¿Y? Nadie dice nada pero el daño está a la vista y, como siempre, los delincuentes gozan de muy buena salud, felices quizá porque nadie podrá hacerles un daño tan grande a la naturaleza, al gran río y a la provincia. Ellos sí lo hicieron y parece que a nadie le importa y qué torta, ¡qué torta! está hecha. Es una lástima porque, como a las carpas, tampoco la podemos comer.

Luis J. Frassón

DNI 7.296.319

Ingeniero Huergo


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