Jacobacci y la zona Sur, los más castigados

INGENIERO JACOBACCI (AJ).- “Fue un día muy triste. La gente mayor estaba muy asustada y no sabía qué hacer. Nosotros tampoco y no teníamos palabras para poder explicar lo que pasaba y llevarles algo de tranquilidad. Por suerte ya pasó” sostuvo ayer el jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Jacobacci, Paulino Mansilla, al recordar el día en que la ceniza de volcán Puyehue castigó gran parte de la Región Sur rionegrina. Si bien la erupción se registró el 4 de junio de 2011, la ceniza llegó hasta el centro de la Región Sur en la madrugada del domingo 5. Fue la noche más larga de la historia. Jacobacci permaneció a oscuras hasta después del mediodía. Lentamente, los pocos rayos de sol que se filtraban entre la gran nube de ceniza que cubrió el cielo jacobacino comenzaron a poner algo de claridad, dejando al descubierto un paisaje gris y desolador. La catástrofe desnudó las carencias de los más humildes y excedió la posibilidad de aquéllos que tenían más recursos para poder afrontar la catástrofe. También generó una rápida reacción en distintas partes del país que se tradujo en innumerables muestras de solidaridad. Durante casi cuatro meses, las calles de Jacobacci permanecieron prácticamente desiertas y los pobladores se vieron obligados a permanecer durante la mayor parte del tiempo en sus casas. Las actividades se paralizaron y el ciclo lectivo se modificó. Si bien el comercio sufrió pérdidas importantes, las mayores consecuencias las padeció el sector productivo. Miles de ovejas murieron, profundizando aún más la crisis de la principal fuente de recursos de la zona. Hoy, a dos años de la peor catástrofe de la historia de Jacobacci, la geografía recuperó su fisonomía y luce los colores típicos de paisaje serrano. Algunos rincones montañosos aún guardan una gran cantidad de material volcánico y cada tanto, cuando el viento cobra intensidad la ceniza vuelve a hacerse presente. “Si bien lo peor y pasó, la emergencia aún subsiste. La gente de campo lo ha perdido casi todo y no tiene forma de poder recuperar sus majadas. Cada vez es mayor el número de campesinos que nos dicen que se quieren venir a la ciudad porque no tienen con qué vivir” señala el intendente de Jacobacci, Mario Del Carpio.


INGENIERO JACOBACCI (AJ).- “Fue un día muy triste. La gente mayor estaba muy asustada y no sabía qué hacer. Nosotros tampoco y no teníamos palabras para poder explicar lo que pasaba y llevarles algo de tranquilidad. Por suerte ya pasó” sostuvo ayer el jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Jacobacci, Paulino Mansilla, al recordar el día en que la ceniza de volcán Puyehue castigó gran parte de la Región Sur rionegrina. Si bien la erupción se registró el 4 de junio de 2011, la ceniza llegó hasta el centro de la Región Sur en la madrugada del domingo 5. Fue la noche más larga de la historia. Jacobacci permaneció a oscuras hasta después del mediodía. Lentamente, los pocos rayos de sol que se filtraban entre la gran nube de ceniza que cubrió el cielo jacobacino comenzaron a poner algo de claridad, dejando al descubierto un paisaje gris y desolador. La catástrofe desnudó las carencias de los más humildes y excedió la posibilidad de aquéllos que tenían más recursos para poder afrontar la catástrofe. También generó una rápida reacción en distintas partes del país que se tradujo en innumerables muestras de solidaridad. Durante casi cuatro meses, las calles de Jacobacci permanecieron prácticamente desiertas y los pobladores se vieron obligados a permanecer durante la mayor parte del tiempo en sus casas. Las actividades se paralizaron y el ciclo lectivo se modificó. Si bien el comercio sufrió pérdidas importantes, las mayores consecuencias las padeció el sector productivo. Miles de ovejas murieron, profundizando aún más la crisis de la principal fuente de recursos de la zona. Hoy, a dos años de la peor catástrofe de la historia de Jacobacci, la geografía recuperó su fisonomía y luce los colores típicos de paisaje serrano. Algunos rincones montañosos aún guardan una gran cantidad de material volcánico y cada tanto, cuando el viento cobra intensidad la ceniza vuelve a hacerse presente. “Si bien lo peor y pasó, la emergencia aún subsiste. La gente de campo lo ha perdido casi todo y no tiene forma de poder recuperar sus majadas. Cada vez es mayor el número de campesinos que nos dicen que se quieren venir a la ciudad porque no tienen con qué vivir” señala el intendente de Jacobacci, Mario Del Carpio.

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