Jalil criticó lo hecho en «La casa del soldado»

NEUQUEN- El intendente neuquino Luis Jalil defendió las normas que protegen las conservación de los edificios históricos de esta ciudad y consideró que «ya es tiempo que empecemos a dar el ejemplo a las generaciones que vienen: No puede ser que todo el mundo haga lo que se le antoje».

Jalil respondió de esta forma cuando se le consultó sobre las polémicas modificaciones que un inquilino realizó al edificio denominado «La casa del soldado» que pertenece al Obispado de Neuquén y donde se prevé la instalación de una óptica.

El edificio, ubicado en avenida Argentina y Juan B. Justo, fue clausurado por la dirección de Obras Particulares del municipio, dado que no se respetaron las pautas de conservación que establecen las normas que rigen en esta ciudad.

Ayer, el intendente Luis Jalil salió en defensa de la decisión del municipio y recordó que la defensa del patrimonio histórico tiene sus bases en el propio Plan Urbano Ambiental (PUA) «del que participaron todos los sectores de la comunidad».

«Es hora que empecemos a respetar las normas, no puede ser que todo el mundo haga lo que se le antoje. Tenemos que disciplinarnos porque si no los hacemos no podemos pretender nada de las futuras generaciones», afirmó el jefe comunal, quien a lo largo de su gestión se preocupó del rescate y preservación de los edificios históricos de esta ciudad. Para el caso, se pueden mencionar la casa del guardapuente, el castillo de Talero y las viviendas del ferrocarril.

El director del museo Gregorio Alvarez, Juan Isasi, reiteró ayer que la comisión que se encarga de controlar el mantenimiento del patrimonio edilicio histórico «no autorizará que continúe con las modificaciones que no fueron autorizadas».

El arma de la comisión, de la que Isasi forma parte, la tiene la dirección de Obras Particulares de la comuna que no autorizará las modificaciones. Esto, a su vez, le impide al dueño de la óptica obtener la licencia comercial.

Para las autoridades municipales, éste es un «caso testigo» y de su resolución depende en gran medida la manera en que se encarará en el futuro la defensa de los demás edificios históricos.

La historia de esta ciudad está signada por numerosos fracasos y hay muchos casos en los que las autoridades llegaron cuando nada había por hacer.

El valor del edificio

Para los especialistas, la obra levantada en 1937 -que fue posta para los conscriptos de otras provincias- se integra y forma un conjunto con los edificios de la Catedral neuquina y el de la capilla Nuestra Señora de los Dolores. Los tres edificios son propiedad del Obispado neuquino, que desde hace varios años lo mantiene en alquiler. Desde que el Banco Mayo cerró sus puertas no hubo inquilinos hasta que el dueño de una conocida óptica decidió abrir un nuevo local, para lo que encargó las modificaciones a un arquitecto cipoleño.

Los cortocircuitos entre el inquilino y el municipio empezaron la semana pasada pero recién el lunes se clausuró la obra.

Entre otras cosas, el inquilino modificó las ventanas que dan a la calle Juan B. Justo sin contar con la conveniente autorización y además cambió la estructura donde se amura la puerta principal. El golpe de gracia fue el color celeste que se le imprimió a la fachada.