Jeques iraquíes, más críticos con Estados Unidos
Se resisten a encabezar frentes de salvación, "porque las tribus armadas significan caos". Dicen no tener recetas contra Al Qaeda, que atrae a los jóvenes y les paga en dólares.
KIRKUK (DPA).- La provincia de Anbar, en el oeste de Irak, en la que el Ejército estadounidense mató o expulsó a la mayor parte de los terroristas de las células locales de Al Qaeda con ayuda de líderes sunnitas, pasó a ser un modelo para otras provincias conflictivas en Irak.
Los estadounidenses están tan convencidos de que Anbar es el ejemplo para las provincias de Diyala, Salaheddin, Nínive y Tamim, subyugadas por el terrorismo, que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, visitó expresamente dicha región durante su última visita.
Pero para muchos observadores iraquíes, las cuentas a largo plazo no cierran. En primer lugar, porque Anbar es la excepción a toda regla. Allí viven casi exclusivamente sunnitas árabes que, tras simpatizar durante un breve período con los terroristas, finalmente se cansaron de la sangrienta ideología del odio de Al Qaeda. Pero por ejemplo en Diyala, donde, siguiendo el «modelo Anbar» se formó un «frente de salvación» similar, encabezado por líderes regionales, la población está conformada por chiítas, kurdos, turcomanos y cristianos, lo que dificulta extremadamente las posibilidades de lograr un acuerdo de pacificación.
Más al norte, en la provincia de Kirkuk, que oficialmente sigue llamándose Tamim, el Ejército estadounidense hasta ahora no ha logrado encontrar líderes locales influyentes que apoyen sus planes a favor de un «frente de salvación» sunnita en contra de Al Qaeda.
«Los estadounidenses vinieron a hablar conmigo y me dijeron que funde un frente así, pero yo no quiero ver armas en manos de las tribus o de las milicias, porque final
mente eso lo que hace es profundizar la escisión y los conflictos armados entre los iraquíes», explicó el jeque Abdul Tahman Al-Asi, de la tribu de los Obeid.
El secretario general de la Unión Islámica del Kurdistán, Salahuddin Bahaueddin, también alertó sobre un posible rearme de las tribus. «Es una estrategia equivocada. Es como colocar minas que necesariamente algún día van a explotar», afirma el político kurdo. «Es que a fin de cuentas una tribu armada siempre implica caos y la experiencia iraquí de los últimos años demostró que incluso un sistema injusto es mejor que la falta de todo sistema», explica.
«Los estadounidenses quieren que los jeques les den la solución, pero nosotros queremos que el Estado tome el control», explica Al Asi. Reconoce que no tiene ninguna receta en contra del terrorismo de Al Qaeda: «El problema es que ellos tienen mucho éxito atrayendo a jóvenes desocupados. Y pagan en dólares».
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