John Grisham se anima a los cuentos cortos

NUEVA YORK (AP).- Es difícil vender un libro de cuentos cortos. Pero no si se es John Grisham. El autor de «Tiempo de matar´´, «El cliente´´ y otros éxitos ha escrito su primera colección de cuentos cortos, «Ford County´´, ubicada en la comunidad de Mississippi que ha usado a menudo en sus relatos de ficción.

La más reciente obra de Grisham -basada en gran parte en sus años como abogado defensor en Southaven, Mississippi- incluye relatos sobre un esposo aburrido y menospreciado redimido por el juego de apuestas, un abogado implacable confrontado por algunas viejas víctimas, y un grupo de amigos que planea donarle sangre a un amigo hospitalizado pero se detiene a beber en el camino.

Las colecciones de cuentos rara vez venden más que unos pocos miles de ejemplares, pero la demanda de «Ford County´´ ha sido tal que el libro se vio atrapado en una guerra de precios, en la que Walmart.com y Amazon.com ofrecieron la edición en tapa dura de 24 dólares por 9 o menos.

-¿Qué lo llevó a publicar un libro de cuentos cortos?

-He tomado muchas notas y todavía lo hago, y estas ideas, estos cuentos, pensé que serían novelas y simplemente no lo fueron. No son lo suficientemente largas, ni lo suficientemente complicadas. Así que las guardé y supongo que hace alrededor de un año me enserié en la idea de terminarlas. Lo maravilloso de un cuento corto es que uno puede trabajar en él, dejarlo de lado y olvidarlo por un año, y volver a él con una perspectiva diferente, o una idea distinta. Así que eso es lo que he hecho por muchos años con estos cuentos.

-Muchos de los cuentos no presentan una imagen muy alentadora de los abogados.

-La verdad es que la mayoría de los abogados que conocí en esa época, y que todavía conozco, son personas honestas y trabajadoras que no ganan mucho dinero, en un pequeño pueblo. Nadie quiere leer sobre ellos. Es bastante aburrido. Uno quiere leer sobre un tipo que robó dinero y fingió su muerte o algo así y escapó. Existe un sentimiento general de infelicidad y falta de satisfacción entre muchos abogados de los pequeños pueblos. Fueron a la escuela de leyes y ahora están en un pueblito y quizás no era lo que habían imaginado. No es tan gratificante. Muchos son infelices.

-Parece tener una verdadera afinidad hacia personas a las que se ha opuesto.

-Esas fueron personas a las que conocí. Esos fueron mis clientes. Como abogado de un pequeño pueblo, uno no conoce gente que lleva vidas productivas y felices, sin problemas. Todo el que entra por la puerta tiene un problema. La mayoría no tiene mucho dinero. Están heridos, atravesando un divorcio, pasando por una quiebra. Algo malo les ha pasado y ellos le presentan a uno las cartas y uno tiene que ayudarlos como su abogado. Pero debido a esto uno ve mucho material bueno. Uno ve vidas jorobadas que tienden a ser tristes, pero también pueden ser muy coloridas y de ahí viene el material.

-¿Lee usted muchos cuentos cortos?

-Como niño recuerdo haber leído cuentos cortos de Mark Twain y Charles Dickens e incluso como un joven estudiante, a los grandes autores -Faulkner y Eudora Welty y Flannery O´Connor. Hemingway-. Por años, siempre he disfrutado recibir «The New Yorker» y sentarme en el porche por dos horas y leer un gran cuento corto de John Cheever. Me encanta Hemingway. Todos sus cuentos cortos …

-¿Sueña con publicar en «The New Yorker»?

-Bueno, enviamos algunos de estos y dijeron que eran demasiado largos. Así que supongo que puedo cortar algunas palabras, a lo mejor.


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