Jóvenes con pasión por la música de cámara

Entusiasmo y pasión son las características del Cuarteto UCA, una prestigiosa agrupación joven que esta noche hará su debut en el interior con un concierto en Casa de la Cultura de Roca.

Antonio Formaro ( piano), Matías Grande (violín), Elizabeth Ridolfi (viola) y Pablo Bercellini (violoncello) conforman el Cuarteto UCA, flamante grupo residente de la facultad de Artes y Ciencias Musicales de la Universidad Católica Argentina desde l999.

Son tan jóvenes( entre los 19 y 28 años) que parece mentira que ya tengan prestigio como excelentes intérpretes de la música de cámara, tan difícil, sutil y preciosista. Por primera vez en el Valle, estrenan hoy, a las 22, en Casa de la Cultura de Roca, un repertorio que luego llevarán a Europa, con la idea de que la gente del interior «sabe escuchar y disfrutar como pocos».

-¿Primer debut en el interior?

-Matías Grande: Fuera de la provincia de Buenos Aires, dónde actuamos en la costa atlántica, Villa Gesell, es nuestra primera experiencia como cuarteto y la hacemos en el Valle. Aunque tanto Antonio Formaro (que estuvo en Roca) como Pablo Bercellini (que tiene parientes en Neuquén y viajó a Bariloche ) ya tenían noticias de la calidez de la gente y los paisajes. El resto de nuestra actividad se concentró en Capital y algo en el exterior.

-¿Cómo empezó la idea del cuarteto?

-Matías Grande: Empezó conmigo y con Antonio Formaro con otra agrupación, pero luego empezamos a conversar con los actuales integrantes. La idea entonces era hacer música de cámara con este tipo de formación para piano y cuerdas que es poco común aunque tiene un repertorio vasto y hermoso.

– Elizabeth Ridolfi: Aquí es muy explotado el tipo trío con piano o cuarteto de cuerdas, pero no era frecuente la formación cuarteto con piano y cuerdas que también dispone de un repertorio muy rico que va desde Mozart, Beethoven, Schubert, Fauré hasta Martinu o argentinos como Martha Lambertini o Flora Ugarte. Un repertorio no tan conocido como el de las otras formaciones porque no hay este tipo de cuartetos como el nuestro en Argentina.

-¿Porque se llaman UCA?

-Pablo Bercellini: Antes se llamaba Cuarteto Arte hasta que, actuando en Bellas Artes nos escuchó Martha Lambertini, decana de la facultad de la UCA y le encantó lo que hicimos en poco tiempo, así fue que nos propuso que fuéramos un grupo de cámara residente en la universidad, ya que tienen un coro y una orquesta. Aceptamos con mucho gusto, porque además como residentes de la universidad estamos como más institucionalizados y nos permite un mejor acceso a presentaciones.

Pero también pensamos en buscar un nombre propio y ser igualmente un grupo residente en la UCA, con una identificación más personal, ya que hemos conseguido logros importantes.

-¿Cuáles logros?

– Por ejemplo hemos viajado a Italia a la Academia Chigiana, en Siena, para el curso de verano, algo que nos costeamos nosotros, con la locura de que había que dar audiciones para poder acceder, si no nos aceptaban nos teníamos que venir con la valija otra vez a Buenos Aires. Pero nos quedamos y tomamos contacto con el conocido Trío de Trieste, conseguimos una beca (nos ayudó también el Mozarteum) y resultó una gran experiencia cursar y hacer la prueba final.

Luego fuimos a Hannover -Alemania- para la feria Internacional del 2000 donde a través de la universidad nos presentamos en el Auditórium del stand de Argentina, donde bailó Julio Bocca y se cantó «La Misa Criolla». Fue todo muy rápido y gracias a eso tenemos otra invitación del Trío de Trieste para Siena y luego iremos a realizar un concierto en el Trinity College de Londres, y tal vez aprovecharemos a realizar un curso en Holanda.

-¿Cómo ven la actividad musical en el país?

– El país tiene muchos valores que no son debidamente explotados, profesionales excelentes y músicos que no saben qué hacer y deben irse al exterior para ser reconocidos. Aquí todos conocemos esos talentos, pero no las autoridades competentes que deberían fomentar todas las actividades culturales, que, por otra parte, también son aceptadas por el público en general. En el exterior hay una estructura creada de academias, conservatorios y una tradición, que hoy aquí cuesta mantenerla. Algo lamentable, pero estamos nosotros y hay mucha gente joven que se queda y viaja, hay un constante intercambio.

-¿Es una carrera cara?

-Sí, lo es, sobre todo con referencia a los estudios y el mantenimiento de los instrumentos, también es difícil estudiar con gente de renombre. Nosotros todos trabajamos en el Colón, (vivimos de la música) , y está Formaro que es pianista, da clases en la UCA y está terminando su carrera de composición. Por suerte tenemos una beca para estudiar con el maestro José Bondar ( el violinista que también estuvo en el Valle), así que asistimos cada quince días a su curso en La Plata, algo que es muy importante como aprendizaje.

-¿Cómo se llevan en función de grupo siendo tan jóvenes?

– Elizabeth Ridolfi: Es bastante cómodo porque el hecho de que haya una mujer entre tres varones hace un poco de equilibrio. Por otra parte tiene que ver la diferencia de edades, porque vamos pasando por diferentes etapas, lo que implica distintas crisis, la de la adolescencia o la del enfrentamiento con lo laboral. Los más grandes están más formados musicalmente (Matías y Antonio) y tienen más experiencia.

No tenemos divismos personales pero sí como grupo, porque el trabajo que hacemos vale la pena, llegamos a ensayar juntos ocho horas diarias e intercambiamos ideas permanentemente. La música ya es difícil y además hay que interpretarla, algo que también se siente en la relación con el público. Por eso tenemos deseos de poder llevar lo que hacemos a todos lados y si es lejos de la Capital, mejor. Buenos Aires a veces es bastante indiferente ante tanta oferta. Tenemos experiencias individuales con el interior y notamos que hay gente ávida en todas partes, allí la gente recibe con calidad y calidez ,sin prejuicio, es otra experiencia distinta. El público se emociona mucho con nosotros, sobre todo será porque siendo jóvenes tenemos un gran entusiasmo.

Una visita con música y frescura juvenil

Un poco el «mayor» del grupo que llega al Valle es Antonio Formaro, una suerte de directriz de las intenciones artísticas de este Cuarteto Universidad Católica Argentina que tiene el signo de la juventud y el empuje en tan poco tiempo, y que, con casi l5 conciertos en su haber se disponen a estrenar en Roca el programa que luego llevarán a Europa. Ejecutarán Beethoven atentos a su fuerza pero con rigor y el preciosismo que exige, el cuarteto de Turina será más extrovertido y el de Mendelsshon con su encanto teñido de fantasía.

Eso lo explica Formaro conocedor de que » hay en el mundo nuevos grupos que son extraordinarios y con nuevos criterios de interpretación». Se refiere a un seguimiento de la partitura más riguroso, mayor acercamiento a la época de las obras y los conceptos sobre el fraseo instrumental. Eso es tal vez el cometido del Cuarteto UCA, nada más que la fidelidad que, por supuesto, contiene la emoción.

Sobre sus jóvenes artistas señala que «son músicos de familia que han mamado el arte desde chicos y aportan una gran frescura» Con su experiencia junto a la de Matías Grande suman «la fuerza de los chicos que brinda una gran vitalidad al cuarteto».

Ya conoce las instalaciones que dispone Roca y siente una gran expectativa porque «son muy buenas y la gente muy cálida, por eso nosotros les llevamos este programa que luego ofreceremos en Europa» reitera. «Nos viene muy bien porque el público de la zona también es muy culto y ya ha recibido la visita de grandes artistas, por eso es un placer brindarles este repertorio».

Julio Pagani


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