Jueza ve que mujeres denuncian ya antes del golpe

Sandra Filipuzzi, titular del juzgado de Familia de Viedma, advierte un cambio que incluye no sólo a mujeres sino también a niños, abuelos y hasta hombres denunciantes de la violencia.

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VIEDMA (AV).- Las mujeres ya no esperan que el golpe abrume para denunciar violencia familiar. A diferencia de hace unos años el hostigamiento psicológico, los insultos y la humillación son razones cada vez más frecuentes por los que se recurre a la Justicia.

La publicación de información sobre la temática, de los organismos encargados y la repercusión social de casos terminados en tragedia pueden haber incidido.

Lo cierto es que es notable el aumento de las denuncias que no sólo incluyen a mujeres sino a niños, abuelos y hasta hombres, a tal punto que han desbordado el único juzgado de Familia de Viedma que atiende diariamente un promedio entre 150 y 180 expedientes. No obstante no alcanza con la medida judicial que se disponga. La prevención en esto es fundamental para que no se llegue a la Justicia.

“Esto tiene que ser un trabajo conjunto desde la prevención, la erradicación, la continuidad del tratamiento y seguimiento del caso que lo deben hacer los organismos que están predeterminados por la Ley y que son del Ejecutivo”, sostuvo la jueza de Familia de Viedma, Sandra Filipuzzi.

Admitió “un avance en animarse” a la denuncia, al aclarar que la violencia “no es un problema de una determinada clase social, no parte sólo de los problemas económicos, no es sólo física sino psicológica, la de no permitir al otro estudiar, desarrollarse como persona, no vincularse con los afectos del entorno de origen. Está en todos los ámbitos”.

Si bien coincidió en que la problemática es más frecuente en sectores con problemas económico sociales más profundos puntualizó que “también parte de una cuestión de educación -no la de haber ido o no a la escuela- sino la que se ha recibido de generaciones. La idea del poder del hombre sobre la mujer, el sexo más fuerte sobre el más débil, en que la mujer tiene que quedar en casa al cuidado de los hijos y trabajar en lo que los hombres creen en que lo podemos hacer. Aunque esto del resguardo al género y su respeto está en todas las clases sociales y no es sólo abarcativo de la violencia doméstica. En la cuestión laboral también. No todas las mujeres con las mismas condiciones intelectuales que los hombres tienen iguales posibilidades de ejercer cargos gerenciales o de resolución en todos los ámbitos del Estado o empresas privadas. Esto es un avance social que venimos haciendo las mujeres y cada vez más pero siguen existiendo diferencias en cuanto a la discriminación y al género, que se deben erradicar”.

Filipuzzi admitió que hoy la mujer se anima cada vez más a denunciar, también por el avance que se ha tenido con la sanción de leyes en resguardo del género y de la violencia doméstica. En el caso de Río Negro la normativa permite la toma de medidas rápidas sin mayor acreditación de los hechos “porque lo que se previene y se trata de resguardar es el derecho a la integridad psicofísica y a la vida”.


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