Crimen de Rincón: el jurado popular condenó a los tres imputados

A cada uno le adjudicó distinta responsabilidad en el asesinato de Hugo Lima, ocurrido el 15 de septiembre del año pasado.

El jurado popular declaró culpables del homicidio de Hugo Lima a los tres imputados que fueron llevados a juicio, pero a cada uno les adjudicó diferente grado de responsabilidad y con distinto tipo de consenso.

Luego de más de tres horas de deliberación, el veredicto fue el siguiente:

Dardo Soria: declarado responsable por unanimidad de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en carácter de autor.

Rodrigo Nicolás Melivilo: declarado responsable por 10 votos a 2 de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en carácter de partícipe necesario.

Emilio Verdugo: declarado responsable por 8 votos a 4 de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en carácter de partícipe secundario.


Las pruebas


Soria fue considerado responsable por unanimidad.

El veredicto refleja con bastante fidelidad la cantidad de pruebas reunidas por la fiscalía en contra de cada uno de los acusados.

Desde un primer momento las sospechas más graves recaían sobre Soria. Por empezar, era el que tenía un móvil: sospechaba que Hugo Lima había estado involucrado en el asesinato de su hijo de crianza, Carlos «Chala» Rodríguez, ocurrido el 9 de marzo del año pasado y todavía sin esclarecer.

En su vivienda encontraron manchas de sangre y una picana con ADN de la víctima; proyectiles calibre .38 (el utilizado para cometer el homicidio), varios testigos lo señalaron como el agresor de Lima, hay escuchas telefónicas que lo comprometen, y fue el único de los sospechosos que estuvo prófugo después del hecho. Los otros dos se entregaron voluntariamente horas después.


Hizo su descargo


Curiosamente, Soria fue el primero de los imputados en hablar. En la audiencia de apertura del juicio, el lunes pasado, negó ser vendedor de cocaína y también rechazó haber tenido motivos para cometer el homicidio. Por el contrario, acusó a los otros dos de haber atacado a Lima dentro de su propia casa.

Su defensor, Elio García, asistió a una sola de las cuatro audiencias, en las demás lo reemplazó su colega Maximiliano Gómez. Apareció para el alegato de cierre, lo leyó -algo que el Código Procesal prohíbe expresamente- y trató de refutar la acusación.

El abogado del imputado Melivilo, Gabriel Gutiérrez, hizo un inteligente alegato. Sembró todas las dudas posibles (algunas semillas se le cayeron fuera del surco: dio a entender que la fiscalía había ocultado pruebas que desfavorecían su teoría del caso, lo cual sería un delito) pero su esfuerzo no fue suficiente para que el jurado desafectara a su cliente. Algo cosechó: el veredicto no fue unánime en su contra, sino 10 a 2.


Golpe de efecto


Melivilo (de rojo), Verdugo (de saco) y mucha custodia en la sala. (Flor Salto)

Melivilo, según el equipo integrado por el fiscal jefe Pablo Vignaroli y la fiscal del caso Rocío Rivero, es el que apuñaló a Lima en la vía pública, según se aprecia en un video de regular calidad. En el mango de un cuchillo hallaron su ADN, y en el filo, sangre del fallecido.

El defensor de Gutiérrez montó una escena efectista: hizo poner de pie, uno junto al otro, a Melivilo (quien mide 1,85 y pesa 99,5 kilos) y al abogado José Luis Miranda, quien tiene una contextura física similar a Lima (1,61 de altura y 61 kilos). «¿Les parece que esta (por su defendido) es la persona atlética que aparece en el video haciendo un tackle a la víctima?», preguntó al jurado. Y…


El «canuto»


Verdugo explicó para qué usó el talón de constancia electoral. (Flor Salto)

Por último el que terminó más aliviado fue Verdugo. Como resaltó su defensor José Luis Miranda, la fiscalía no aclaró qué hizo para contribuir a la muerte de Lima, pero quedó claro que estuvo en la casa de Soria, donde comenzó la agresión.

En la vivienda encontraron el talón de la constancia de voto a su nombre. Verdugo contó este viernes que lo usaba para formar un canuto y aspirar cocaína. Incluso hizo el gesto con un papel delante del jurado.

Es cierto que todos los involucrados en este caso, desde la víctima fatal hasta los testigos, pasando por los imputados, admitieron ser adictos a la cocaína. Pero ser sospechoso y hacer tal teatralización delante del jurado popular tal vez no lo ayudó demasiado.

Pese a todo el jurado popular tuvo dudas: por 8 votos a 4, lo consideró partícipe secundario. Apenas un voto más en su favor habría bastado para sobreseerlo.


Las penas


Cumbre del juez Lupica Cristo con los defensores, en un cuarto intermedio. (Flor Salto)

Lo próximo será el juicio de cesura. Allí intervendrán solamente la fiscalía y las defensas, y el juez Marco Lupica Cristo fijará las penas que corresponden a cada imputado.

El magistrado se encargó de remarcarle al jurado popular que «ustedes son jueces de los hechos, no tienen que saber cuántos años corresponden por cada delito. Eso lo vamos a resolver en otra instancia».

Un último detalle: la sala estuvo repleta de personal de seguridad, porque los imputados tuvieron problemas entre ellos y se temía un mal desenlace al conocerse el veredicto.

Además, entre las familias han intercambiado amenazas y denuncias. Lamentablemente, todo hace prever que esta historia continuará.


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