Juzgan a cuatro policías por la paliza a estudiantes

Fue en Huincul. Algunos efectivos acusaron a sus

CUTRAL CO (ACC y AN).- Cuatro policías están siendo juzgados por la paliza que le dieron, hace dos años, a un grupo de estudiantes universitarios en esta ciudad. Los acusan de apremios ilegales y el dato más llamativo es que se rompió la cadena de silencio ya que algunos efectivos fueron testigos de los golpes y declararon en contra de sus camaradas. Incluso uno de ellos dijo que lo amenazaron porque intentó detener la tunda que recibían los jóvenes.

Ayer se cumplió la segunda audiencia del juicio oral, que incluyó dos careos entre una de las víctimas y los policías imputados. Para hoy el tribunal espera concluir con los testimonios y dará paso a los alegatos.

El debate se realiza en la sede del juzgado Correccional de Cutral Co, a cargo de la jueza Graciela Martínez de Corvalán En la primera audiencia, tres de los cuatro heridos relataron cómo sucedieron los hechos durante la madrugada del 22 de abril de 2001. Ellos tenían intenciones de ir a un boliche bailable de Huincul al que no pudieron ingresar, luego se desató un altercado entre policías que terminó con cuatro heridos (ver aparte).

Víctimas de los apremios fueron José María Guzmán, Wálter Castillo, Daniel Robinson (todos estudiantes de la carrera de Ingeniería en la sede de Huincul de la Universidad Tecnológica Nacional) y Daniel Carrasco, que se encontraba de visita en la localidad. Los representan como querellantes los abogados Mariano Mansilla y Juan Manuel Kees.

Los policías que están siendo juzgados son: oficial ayudante Enrique Salazar (27 años), sargento Fortunato Leiva (37), agente Vitalicio Riquelme (28) y sargento Mario Pasmiño (34). Los defiende Ignacio Di Maggio. El fiscal Santiago Terán formuló la acusación por apremios ilegales, artícul 144 bis inciso 3 del Código Penal.

El tribunal escuchó ayer los testimonios de los policías Modesto Muñoz, Martín Escalona, Adrián Orellana, Carlos Almendra, Juan Carlos Alarcón, Antonio Lagos, Manuel Flores Gentile, Marcelo San Martín y Eusebio Sepúlveda. Todos relataron cuál había sido su participación durante la madrugada del 22 de abril en que se registró el incidente que terminó con los estudiantes heridos.

Una de las declaraciones más extensas la brindó el policía Orellana quien incurrió en varias contradicciones en relación a sus dichos en la etapa instructoria. Esto motivó que la jueza Corvalán le solicitara la ratificación o rectificación de lo manifestado ante la posibilidad de cometer el delito de falso testimonio.

Orellana ratificó haber visto a uno de los imputados colocar la «rodilla sobre la cabeza» de uno de los estudiantes; que el policía Salazar portaba una «tonfa» (el bastón de goma con manija), entre otras declaraciones. Luego fue careado con el estudiante Castillo.

El punto en cuestión era dilucidar si los efectivos policiales habían rodeado al universitario mientras estaba tendido en la camioneta, tal como él mismo sostuvo. «Eso no lo vi, no sé si él sintió eso», sostuvo Orellana y ambos se mantuvieron en sus dichos. El otro careo se dio también entre Castillo y el policía Almendra.

Ayer, los efectivos relataron de qué manera subieron a los cuatro muchachos a los móviles y algunos dijeron ver cómo al menos en una oportunidad le pegaron a uno de los estudiantes en la cabeza En la instrucción, uno de ellos había declarado que lo amenazaron con pegarle porque intentó detener la paliza: «sos un cagón, querés cobrar vos también», fue la frase.

CUTRAL CO (ACC).- La paliza que sufrieron los cuatro estudiantes ocurrió en la madrugada del 22 de abril de 2001 en Plaza Huincul. Los exámenes médicos revelaron que las víctimas sufrieron golpes en diversas partes del cuerpo y fractura de piezas dentarias.

Los jóvenes, que cursaban por entonces la carrera de Ingeniería en la UTN con asiento en Huincul, relataron que habían participado de un asado en el albergue estudiantil en el que residían y de madrugada se dirigieron en una Trafic hacia el boliche bailable de la avenida Keidel Parte del grupo logró ingresar y el resto quedó afuera porque no contaban con el dinero suficiente para la entrada. Una primera discusión se desató, siempre según la versión de los damnificados, con el personal de seguridad del boliche. Cuando se retiraban, uno de ellos arrojó una piedra contra el local.

Al llegar a la esquina de Keidel y Chos Malal, donde estaba estacionado el vehículo, los jóvenes advirtieron que varios policías los buscaban. José Guzmán fue quien llevó la peor parte porque una vez que los efectivos lo redujeron fue esposado y recibió golpes en la cabeza. Debió ser derivado a Neuquén para su atención.

Otro de los estudiantes intentó mediar para evitar que la situación empeorara, invocó las garantías constitucionales y exhibió su documento de identidad. «Metételo en el culo», le dijeron los policías, le pegaron y también lo llevaron detenido.

A tres de ellos los trasladaron juntos hasta la comisaría Sexta en la parte trasera de un móvil policial y el restante en el otro. Todo el camino les fueron pegando, denunciaron. Algunos efectivos intentaron calmar a sus compañeros para que no siguieran pegando, pero fueron amenazados.


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