Kevin, en perfecto estado luego de una agitada llegada al mundo

VIEDMA

VIEDMA (AV).- Se llama Kevin Alejandro y pesó 3,586 kilos. Junto con su flamante mamá Tamara, de 15 años, se encuentran en perfectas condiciones en el hospital Zatti, tras un parto sorpresivo hasta para su propia familia.

Rosa, la abuela del bebé, en la mañana de ayer aún no salía del asombro y de los nervios vividos.

El llamado de su hija desde el baño le llamó la atención pero quedó perpleja cuando el llanto del bebé llegó antes a sus oídos que ella al sanitario.

“¡No podía creer lo que pasaba! Mi hija temblaba semiagachada y el bebé estaba en el piso”, relató al detallar que la primera reacción fue correr y buscar un toallón limpio para abrigarlo, mientras que pedía a su hijo que llamara la ambulancia.

Con el correr de los minutos ambas madres temblaban a la par.

A pesar de tener siete hijos, para Rosa fue imposible cortar el cordón umbilical de su nieto número 12.

La ambulancia venía en camino pero por teléfono le indicaban cómo hacerlo.

“Temblaba tanto que no pude anudar el hilo y mucho menos cortar. Fue el policía el que desinfectó todo, ató y cortó”, describió Rosa.

Ya en el hospital todos se tranquilizaron. El bebé y su mamá estaban bien y eso era lo importante, teniendo en cuenta que no tuvieron ningún control de embarazo.

Inseguridad

Los años 15 de Tamara y la misma edad de su novio los llenó de inseguridad y, tal vez, temor y optaron por mantener en secreto una situación que tiene garantizada una fecha de vencimiento para que salga a la luz.

Y así fue para los padres de Tamara, la anteúltima de sus seis hermanos. En realidad todas son mujeres y sólo un varón.

Los nietos están compensando ahora esa diferencia.

Tamara cursa el colegio secundario, vive con sus padres y sus hermanos más chicos en el 30 de Marzo, una barriada donde muchas viviendas son de madera, otras de ladrillos pero todas levantadas con gran sacrificio por familias trabajadoras como en este caso que tratan de salir adelante, dar educación a sus hijos y hacer frente a las adversidades que no son pocas.