Kirchner a Icare: «Venite conmigo ahora»

El presidente le adelantó que se trata de un frente nacional por el que en abril comenzará a recorrer el país. El intendente de Bariloche apoya "a muerte" la reelección

BUENOS AIRES (ABA) . – El presidente Néstor Kirchner le propuso ayer al intendente de Bariloche, Alberto Icare, que se sume al proyecto nacional no solo para el 2005, sino también en vistas al 2007.

Aunque quedaron en definir cómo se instrumentarán los pasos a seguir, Icare deslizó a «Río Negro» que apoya «a muerte» la reelección de Kirchner para el sillón de Rivadavia.

En una reunión a solas en la Casa Rosada que duró casi una hora, Kirchner le adelantó a Icare que su ofrecimiento es formar parte de un frente nacional que alcance a todos a quienes se identifican con su proyecto político. «Alberto, me tenés que acompañar ahora, te cuento entre los míos», le dijo el titular del Poder Ejecutivo a un emocionado Icare.

Recordemos que Icare lidera un partido vecinal que forma parte de la alianza que, vertebrada alrededor del radicalismo, gobierna a Río Negro.

Entrando en detalles, Kirchner le dio a Icare la primicia de que abril será la fecha en que comenzará a recorrer el país para impulsar una gran alianza que vaya más allá de su propio partido.

Icare, entusiasta, señaló que aún desde antes del triunfo del santacruceño se identificaba con su línea de pensamiento y sus propuestas, y que con el correr del tiempo también con su obra de gobierno.

En diálogo con «Río Negro», el jefe comunal barilochense dijo que desde un partido vencinalista sigue siendo socio de los radicales rionegrinos, pero que está consustanciado con las ideas que se están ejecutando a nivel nacional.

Cuando se lo consultó si formaría parte de una coalición con hombres como Miguel Angel Pichetto o Julio Arriaga, dijo que «de nombres no se habló» y que aún no definió cuál será su rol personal en el futuro y en las parlamentarias del año en curso.

Si bien es muy posible un próximo encuentro entre los políticos patagónicos, Kirchner dejó sentado su compromiso para estar en Bariloche el 3 de mayo, día en que se cumple un nuevo aniversario de la ciudad.

Kirchner recibió al intendente barilochense, después de un acto en el que participó el mandatario bonaerense Felipe Solá. A continuación, el titular del Poder Ejecutivo recibió a Icare y no dejó de llamar la atención lo extenso de la entrevista.

En Casa de Gobierno sorprendió el bajo perfil con que llegó el jefe comunal, al ingresar y salir a pie por el acceso de Rivadavia, lugar por donde la inmensa mayoría de los visitantes lo hacen con lujosos automóviles oficiales.

La identificación entre ambos «va más allá de lo político», según lo definió un funcionario de la administración central mientras se realizaba la reunión.

Al salir acompañado por un asesor, a Icare se lo vio notablemente emocionado. «Más allá de ser parte de una alianza no justicialista, yo lo apoyo, lo respaldo, como lo hace la mayoría del pueblo argentino», comentó a «Río Negro» mientras apresuraba su paso a las nueve y media de la noche por la ventosa y despoblada Plaza de Mayo.

Por la tarde, Icare estuvo haciendo gestiones en Vialidad Nacional y hoy por la mañana, mantendrá un encuentro con el ministro de Defensa, José Pampuro, para definir la situación del campo militar de Bariloche.

Análisis: Prisionero

No habían dejado de abrazarse, cuando Néstor Kirchner lo miró a Alberto Icare casi con ternura y le estampó un desafío:

– Me tenés que acompañar ahora – le dijo, y el intendente de Bariloche supo entonces que la pelota estaba en su cancha.

Porque a él le toca ahora definir el alcance que en materia de respaldo concreto quiere darle a tanta admiración personal y política que siente por el presidente.

– No lo apuramos – dijo anoche a este diario un hombre del núcleo duro del mandatario.

Pero Icare sabe que en relación con el pedido que le formularon, le corre tiempo de descuento. Y no ignora que ese lapso puede ser tan largo o exiguo como el poder lo quiera.

Y en política, decidir suele ser todo un continente. Más, cuando el poder propio germinó y se consolidó de la mano de ambigüedades.

Porque en política, Icare es de todos y no es de nadie. Solo de él.

Y desde anoche, está en una encrucijada.

Si pega una voltereta de gimnasta ruso para estar junto a Kirchner en las urnas parlamentarias de octubre, tronará la ira de sus amigos radicales de hoy.

Y de ahí en más, Icare sentirá, como jefe comunal, rigores que quizá sean perjudiciales para su gestión municipal.

Y si sigue especulando respecto de Kirchner, quizá la contrapartida llegue vía una pérdida de espacio en la muy buena relación que mantiene con el mandatario.

Porque Kirchner, hombre de irritaciones, tiene alergia a los despechos tanto como a la crítica.

¿Cuadro de situación?: Icare prisionero.

Así suele ser este juego llamado política.


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