Kirchner, en Cipolletti y ante variado espectro

Dijo que no es el candidato de Duhalde. No descartó buscar la Rosada por fuera del peronismo. Teme que en su partido la interna se torne tan poco transparente como la del radicalismo.

CIPOLLETTI (AC) – El candidato a presidente Néstor Kirchner congregó anoche a un variado espectro de la política del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.

Peronistas independientes de ambas provincias, dirigentes del Frente Grande neuquino y hasta el líder del MPP, Julio Salto, fueron anoche a escuchar cómo el peronista santacruceño decía: «no soy el candidato del gobierno nacional».

Kirchner pasó fugazmente por el norte de la Patagonia para desarrollar en Cipolletti un acto de campaña y darle su apoyo Eduardo Rosso, el peronista rionegrino que competirá por la gobernación por fuera de la estructura de su partido, una posibilidad que también analiza el gobernador de Santa Cruz.

Salto, Rosso y Kirchner mantuvieron un breve contacto en un salón del primer piso de la Asociación Española, ante la atenta mirada de los neuquinos Oscar Parrilli (PJ) y Carlos Di Camillo (Frente Grande).

El gobernador reconoció el buen diálogo que mantiene con el presidente Eduardo Duhalde, pero aclaró que sus visiones «no son iguales en muchos temas».

«No voy a ser el candidato del gobierno».

Así respondió Kirchner a las informaciones que lo dan como el elegido por Duhalde tras su fracaso en los intentos por convencer al santafesino Carlos Reutemann.

A su lado Rosso se extrañó de que no este clara su decisión de buscar la gobernación de Río Negro por afuera del PJ. «Lo que pasa es que en esta provincia aún no se ha definido cuándo va a ser la elección, lo que implica manejar bien los tiempos», dijo Rosso.

Sobre la base de la experiencia de la tumultuosa interna nacional del radicalismo, Kirchner dudó de que en su partido no se fuera a repetir esa falta de transparencia.

Y por eso le puso una cifra a las probabilidades de que él mismo vaya a la elección por fuera del PJ: un 90%, dijo.

Como lo hizo el radicalismo, «no se puede ir a internas». «Eso me hace acordar a la Década Infame», opinó.

Distribuyó elogios a las bondades de la provincia de Río Negro.

«Es una de las mejores economías del país: turismo, agricultura, minería, petróleo y una buena distribución demográfica», describió las cualidades.

«Río Negro -continuó- tendría que ser una de las provincias puntales, si se la administrara correctamente».

Aunque se lo preguntaron específicamente, Kirchner evitó criticar a sus colegas, los gobernadores Pablo Verani y Jorge Sobisch. Sólo recordó que históricamente se mantuvo alejado de ellos y en especial de sus visiones «partidistas», dijo.

En plan de promesas de campaña, anunció que si llegara a convertirse en el presidente argentino, rescindiría los contratos de privatizaciones ferroviarias. «Algunos concesionarios son verdaderos delincuentes», acusó.

En cambio, fue más cauto con el esquema de privatizaciones energéticas, tanto respecto de los hidrocarburos como de la electricidad. Sólo dijo que «habría que extremar los controles estatales».

«La gente no cree en las encuestas»

Para Néstor Kirchner, «la gente no cree en las encuestas».

Lo dijo anoche en Cipolletti, donde señaló además que en este momento hay un empate técnico en las encuestas de intención de voto a presidente entre cuatro candidatos: Carlos Menem, Adolfo Rodríguez Saá, Elisa Carrió y él.

Pidió que se tomen «encuestas serias para evitar los manejos políticos» con los sondeos y abogó porque «alguna vez en Argentina se reglamente, como en Europa, el uso de las encuestas de intención de voto».

Luego consideró que «la gente no cree en las encuestas» y recomendó observar el valor de los dirigentes por lo que han hecho y no por lo que dicen.

Esa introducción le permitió hablar sobre los indicadores sociales de Santa Cruz -la provincia que gobierna- y de la San Luis de Rodríguez Saá.

Mencionó, entre otros índices, los de concentración económica y desempleo, para ponderar su acción de gobierno contra la de su competidor interno.

En respuesta a una pregunta, detalló la manera en que Santa Cruz administró las «joyas de la abuela» que en 1992 las provincias productoras de hidrocarburos recibieron de la Nación por la incorrecta liquidación de las regalías. Los 540 millones de dólares que recibió su provincia -se ufanó Kirchner- está depositadas en Suiza, contra los evaporados 640 millones de Neuquén.

El acto estuvo signado por la presencia de peronistas desencantados con su partido, pero también por un gran aporte de dirigentes y militantes del MPP, el partido rionegrino que cerró un acuerdo con el candidato de Kirchner en Río Negro, Eduardo Rosso.

Entre los peronistas, se dejaron ver el concejal Francisco Moscardi y el dirigente cipoleño Carlos Celeste. (AC)


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