Kirchner ve «mucha seguridad» en la Argentina
Pese a que la realidad indica lo contrario y las encuestas lo señalan como el principal problema de la gente, el presidente definió a la Argentina como “un país muy seguro”. Todo en momentos en que los secuestros extorsivos golpean con dureza. Elogió la seriedad con que trabajó Beliz.
Pese a la ola de secuestros extorsivos y los altos índices de delincuencia que registra la Argentina y, en especial, la Capital Federal y el conurbano bonaerense, Kirchner definió a la Argentina como «un país muy seguro» aunque explicó que aún «quedan vestigios de grandes bandas que operaron en el país y están circunscriptas».
El presidente evaluó además que el ex ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Beliz, «trabajó con mucha seriedad» en las primeras declaraciones que realiza sobre el ex funcionario que se fue con graves denuncias sobre las mafias de la SIDE, de la policía y de la justicia.
En declaraciones efectuadas ayer antes de partir hacia Santa Cruz, Kirchner aclaró: «Yo no frené ningún plan de seguridad; buscamos profundizarlo».
El mensaje pareció estar dirigido a Juan Carlos Blumberg, quien amenaza con lanzar una nueva marcha si modifican el «megaplan» de Beliz. «No puede ser que cada funcionario nuevo que llega convierta esto en un volver a empezar», dijo ayer a «Río Negro». (Ver pág 6)
Kirchner fue más allá con su ponderación sobre el Plan de Seguridad y Justicia lanzado en el mes de mayo, cuando todavía Beliz estaba al frente de la cartera del área, al asegurar que «vamos a hacer llegar todos los proyectos al Congreso porque trabajé activamente en este plan y estoy absolutamente convencido».
«El plan en sí mismo es medular», remató para despejar cualquier tipo de dudas sobre la posibilidad de modificar el megaplan en cuestión, en declaraciones a la prensa que pronunció antes de partir del aeropuerto local hacia la provincia de Santa Cruz, donde se preve que estará el fin de semana.
Consideró después que Argentina «es un país muy seguro», y «todavía quedan vestigios de grandes bandas que operaron en el país y están circunscriptas».
«Tenemos problemas de seguridad, pero los grandes países del mundo tienen mayor nivel de delito que Argentina. Lo que sucede es que los argentinos no estamos acostumbrados a este tipo de cosas que nos están pasando y nos conmueven fuertemente, pero estoy convencido que lo vamos a superar», se extendió.
Manifestó su profunda preocupación «con el dolor de las familias y la angustia de todos los argentinos, pero estamos trabajando a fondo. Mejor hacer silencio y más acción».
Sobre el accionar de los grupos piqueteros pidió «diferenciar las organizaciones sociales que protestan respetando al conjunto de la ciudadanía, de aquellas que co
meten acciones violentas que no se pueden permitir. Está muy mal lo que han hecho, pero bajo ningún aspecto esto va a impactar en las inversiones y el turismo».
Se le preguntó sobre los discursos del acto del 18 de julio en recordación del atentado a la AMIA, afirmando que había escuchado a los dirigentes que hablaron de «encubrimiento» en la investigación, señalando que «sin hacer nombres propios, mi deber como Presidente es acompañar todos estos datos a la Justicia para que decida que se debe hacer. Yo debo viabilizar y no entorpecer la tarea de la Justicia».
«Móviles políticos»
Por su parte Solá manifestó que «no voy a cambiar los planes» en marcha en materia de seguridad y dijo que la «falta de credibilidad en las instituciones opera contra la Argentina».
Mientras, el ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco, definió la ola de secuestros extorsivos como «una tragedia social» de posibles móviles políticos.
«Esto es, de algún modo, sospechable», respondió Di Rocco cuando fue consultado sobre el recrudecimiento de casos de secuestros que se produjo esta semana, en consonancia con la asunción del nuevo ministro de Justicia, Horacio Rosatti, como sucesor del desplazado Gustavo Beliz.
El funcionario bonaerense dijo que «hay que investigar a fondo y a todos, pero es sintomático… siempre pasa algo en alguna reforma o aparece siempre algún rebrote con este tipo de delitos», cuando hay cambios políticos de fuerte impacto.
Pese a la ola de secuestros extorsivos y los altos índices de delincuencia que registra la Argentina y, en especial, la Capital Federal y el conurbano bonaerense, Kirchner definió a la Argentina como "un país muy seguro" aunque explicó que aún "quedan vestigios de grandes bandas que operaron en el país y están circunscriptas".
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